Sumiso

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Jungkook llevó su mano hacia delante, en el abdomen de Tae para acariciar la zona unos segundos antes de descender hasta su intimidad, colando sus dedos entre sus ropas para sentir la tibia carne en sus manos.

Sostuvo la extención con firmeza, haciendo que Taehyung mordiera sus labios, completamente ido con la exitacion.

—Quita tus pantalones Taehyung — demandó mientras se separaba— desnúdate para mí y sube al escritorio bebé.

Con sus dedos temblorosos el menor comenzó a hacer lo pedido, lentamente, tentando al demonio ansioso que lo observaba con lujuria, admirando la calma con que se posaba ante el, aún teniendo aquella erección presionando firme entre sus pantalones, viéndose palpitante aún cubierta.

Una vez se vio liberado de sus pantalones, continúo con sus otras ropas, quitando una una con tal  gracia que parecía que estuviese desenvolviendo el más exquisito de los regalos, uno que era única y exclusivamente para Jungkook, su ahora Dom que lo tenía al límite sin siquiera tocarlo, con solo esa mirada profunda y ese cuerpo perfecto que se tensaba de forma tan magnífica que lo tenía babeando por ser poseído nuevamente por aquel hombre.

Giró sobre su eje para quedar frente al gran escritorio, y con algo de dudas recostó su pecho sobre este, dejando su trasero expuesto ante el mayor, quien se acercaba lentamente hacia el, admirando la perfección de su ahora Sumiso.

—Separa las piernas Taehyung.

—Yo-

—Sin reproches cariño, debes ser obediente.

—Estoy asustado — reconoció.

—No sería capaz de lastimarte, ten consciencia de que cada cosa que haga, la haré cuidando de ti sin exeder los limites— aclaró.

—Esta...Esta bien —dijo separando sus piernas lentamente.

—Si tan solo te vieras desde mi lugar bebé, podrías conocer la perfección, la maravillosa vista que tengo ante mis ojos — dijo pasando una de sus palmas sobre la piel— Gracias, no sabes cuánto esperé por este momento.

Taehyung respiraba agitado, completamente perdido en la anticipación y ansioso por conocer el próximo movimiento del mayor.

—Manos tras la espalda mi Hermoso Vante, te llamaré así cada vez que estemos en una sesión y tu me llamarás Amo para obedecer una orden, mi nombre puedes gemirlo libremente.

—Si amo— se vio diciendo, mientras cerraba sus ojos preso de la vergüenza.

Dejó su rostro pegado al escritorio mientras llevaba sus manos atrás y sentía el hielo de algo metálico, que supuso eran esposas cerrándose alrededor de sus muñecas.

Jungkook lo sostuvo de los hombros, haciéndole que se levantara de su lugar mientras presionaba su grueso miembro en el trasero de Taehyung, logrando  que por el movimiento se restregara en el.

—Vas a saltar sobre mi polla, bebé, quiero que tú mismo te folles con ella a tu antojo, muéstrame que tanto placer estás dispuesto a darle a tu Amo, cuánto te mueres por tenerme en tu interior— demandó, mientras volvía al sillón de cuero y tomaba asiento allí, con las piernas separadas y su pantalón abierto, dejando salir su prominente erección que se ergia imponente frente a los ojos del menor.

Taehyung caminó tembloroso hasta el y se sentó a horcajadas en su regazo mientras sin pensarlo comenzó a hacer círculos sobre la intimidad, tentando al mayor quien lo observaba demandante, con sus brazos a los costados, sin hacer ningún movimiento, estándo a merced de Taehyung, esperando que aquel hermoso chico cumpliera sus órdenes.

—¿Necesitas ayuda bonito?

El menor negó con su cabeza, quería demostrarle que era capaz de cumplir con lo que Jungkook pedía, algo en su interior le pedía a gritos complacer al pelinegro, ser un buen chico y cumplir cada una de sus peticiones.

Peligrosa tentación (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora