Después de un día de relajación y esparcimiento, vi llegar a mi madre y a Candy. Igual que me había dicho, mi madre lucía sensacional con el nuevo recorte, corto, cortísimo, y un color cercano al de la miel pura. Ella sonreía por primera vez en mucho tiempo. Pero algo se le escapó a Candy. Eleanor comenzó a contarme cómo ella se había salido del lugar para hacer algo, y entonces comencé de nuevo con las sospechas de que se estaba comunicando de algún modo con Albert.
"Si estuviera confabulándome con Albert, me hubiera ido, ¿no?", me dijo con rostro angelical, y guiñándome un ojo. Sí, tenía sentido, pero no, no me hacía sentir mejor. Ella me detectó la duda enseguida.
Viendo que yo, unos minutos después, aún no bajaba revoluciones con el asunto, simplemente sacó un recibo de su bolso de un lugar llamado "Mike's". Había comprado algo de comer allí. Lo que no me dijo es que ese restaurante era una cadena de Chicago, así que no me di por enterado hasta que fue muy tarde. Tampoco leí bien el recibo, que anunciaba, como una publicidad frente a mis ojos, que tenía LOS MEJORES STEAKS DE CHICAGO. Esa se me escapó momentáneamente, y más aún, convirtiéndome, como lo hice, en comensal de allí.
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"Candy, adelante", le dijo un hombre de unos 60 años, con una sonrisa y una mano, para ofrecérsela.
"Hola, Mike. Espero que no te moleste que haya llegado sin avisar".
"Para nada, Candy. Qué bueno que nos encontraste. En medio de este bullicio, no es para nada fácil. NY no es como Chicago, que todo está a la vuelta de la esquina. Aquí hay que moverse".
"Dora, mi mucama, me ayudó. Si no, no hubiera podido. Me alegro tanto de verte", le dio un rápido abrazo.
"Cómo está Albert. No ha tenido más problemas como el que tuvo hace unos años, ¿no es así?", preguntó luego de soltarse.
"Albert está muy bien y, bueno, como vez, vamos para el tercero", le dijo mostrándole su enorme barriga.
"Cuántos meses tienes".
"Cinco..."
"Wow, Candy. ¿Es sólo uno?"
Candy a esto sonrió, pero de pronto recordó que Terry le había comentado lo mismo.
"Mis barrigas suelen ser grandes, pero trataré de ver a un médico. Yo siento como si fuera uno, pero quién sabe. Sería una gran alegría, aunque a mi edad, también podría ser peligroso".
"Qué edad, Candy. Tú eres hermosa y joven siempre. Si son dos, serán muy afortunados o afortunadas de temerte a ti y a Albert como padres. Por cierto, fuera de todo, siempre supe que ustedes terminarían juntos. Nadie que los viera juntos pensaría que son hermanos".
Ambos comenzaron a reír. Ese asunto de su parentesco ficticio no engañó a casi nadie, y a Mike tampoco.
"Ahora dime, cómo puedo ayudarte", le preguntó.
"Bueno, no sé si sabes, pero me secuestraron hace meses".
"Sí, algo así vi en los diarios. Pero ahora estás aquí. ¿Lograste escapar?"
"No, todavía estoy secuestrada".
Mike se puso en alerta en seguida.
"¿Quieres que llame a la policía?"
"No, por ahora no. Sólo quiero hablar con Albert, si se puede. No lo puedo hacer desde la casa donde estoy".
"Me parece bien, pero...bueno, por qué no aprovechas y te escapas ahora".
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NUDOS QUE ATAN CABOS
FanfictionUna Candy adulta víctima de un ataque terrorista luego de reunirse con sus amigas Patricia y Annie termina en el mismo hospital donde se encuentra por rutina Eleanor Baker. Esto desata una serie de eventos desafortunados, que culminan con un secuest...