Capítulo 1

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Me desperté por culpa de mi padre, me fijé en la ventana que aún no había salido el sol y él quería que saliera a fuera. Me estiré en la cama mientras mi progenitor me quitaba las sábanas, al hacerlo me recorrió un pequeño escalofrío por el frío que hacía en el ambiente. En el reloj ponía las 5 de la mañana, maldije por dentro y me froté los ojos. Mi padre me tomó de los brazos e hizo que me levantara de la cama.

Paula: ¿A donde tan pronto?- bosteza medio dormida.

Nacho: Hay que ir a entrenar- Paula bufa.

Paula: Pero es muy pronto- se frota los ojos.

Mi padre abandonó mi cuarto para poder cambiarme, odio cuando me despierta a estas horas para entrenar con la excusa que todos los profesionales lo hacen, que yo sepa pocos se despiertan a esas horas, la mayoría duerme 8 horas. Me puse mi conjunto favorito para a ver si me anima un poco, la falda blanca, la camiseta blanca, todo blanco menos la chaqueta que es negra, aún siendo Abril, por la mañana hace mucho frío en mi ciudad, Zaragoza. Sí, seguramente la conozcáis por la princesa Leonor, que está estudiando aquí. En la misma escuela militar en la que mi abuelo hizo sus cursos para llegar a ser general.

Me dirigí a la cocina y ya todos estaba preparado, me senté y comencé a desayunar sin esperar a mi padre. Intentando despertar mi cerebro me puse a ver tik toks hasta que ni padre me quitó el móvil. Solté un bufido y lo miré confundida.

Nacho: El móvil en la mesa no- lo deja en la encimera- te distraen de las cosas importantes

Rodé los ojos y seguí desayunando a regañadientes, las tostadas con aguacate y el café descafeinado, lo de todos los días, se me estaba enfriando. Comí lo más rápido posible para recuperar mi móvil, aunque conociendole no me lo dará hasta que acabemos el entrenamiento.

Creo que debo de explicar el comportamiento estricto de mi padre cuando entrenamos, y espero que eso os sirva para no verle como un mal padre. Él desde pequeño ha está entrenando tenis, como yo, llegando a destacar mucho a mi edad, 18 años, logró posicionarse en el top 100 mejores tenistas del mundo a los 20 años, pero por una lesión muy grave los médicos le recomendaron que lo dejara, al principio no les obedeció y su cuerpo lo estaba pagando, otra lesión vino y más grave que la anterior, tan grave que dudaban de que pudiera volver a correr por un largo tiempo. Mis abuelos le cuidaron siempre, tenían que aguantar sus ganas de ser el mejor, porque así lo veían, decían que en un futuro podría ser el número uno, pero el destino no lo quiso. Calló en una gran depresión, en ese entonces ya había conocido a mi madre pero eran amigos, ella estuvo presente en sus tiempos libres cuando no estaba en la universidad. Mis abuelos se lo agradecieron por estar a su lado, ella le sacó de esa depresión. Cuando mejoró empezaron a salir, se casaron y a los meses me tuvieron. Pero no salió bien el parto, mi madre tuvo complicaciones y desde a raíz de eso pasó por muchas enfermedades, los médicos intentaron hacer de todo pero cuando tenía solo 4 años mi madre murió.

Ahora mi padre se dedica a entrenarme por la mañana y tarde, algunos días entrena a niños para poder obtener dinero que serán más útiles en mi futuro. Desde que no tenemos la presencia de mi madre, él siempre ha estado trabajando para que pueda tener un futuro mejor, y no me quejo, estoy bastante agradecida, quiere que sea lo que él no pudo. Es cierto que a veces no me gusta su actitud pero es mi padre, debo de acostumbrarme.

Antes de llegar a la pista de tenis mi padre me llevó a un parque para que corriera como calentamiento, parece que no entiende que a estas horas de la madrugada nadie es persona. Estiramos un poco, aún seguía un poco dormida pronto lo que me costará adaptarme a mi velocidad media. Hoy correrías 3 kilómetros, gracias a Dios, hay días que son 10 kilómetros, es inhumano. Lo bueno es que me deja escuchar música, aunque solo tenga un auricular para poder escuchar sus indicaciones. No vimos ni un alma en el parque, que bien viven. Al finalizar, nos sentamos en un banco a contemplar el amanecer mientras bebemos agua, creo que es lo único bueno de madrugar tanto. A veces me fijaba como mi padre movía el pie, lo lleva haciendo meses y es obvio la razón por lo que lo hace, pero siempre se niega a hablar sobre ese tema. Debió de ser difícil para él, me enseñaba vídeos de partidos, sobre todo cuando se enfrentaba algún top 20, esos son los que más le gusta.

Mi princesa favorita (Leonor x fem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora