Park Jimin es el próximo heredero de Industrias Park, una empresa agrícola inversionista en carreras de equitación y dueña de varias granjas productoras del país. Con una vida infeliz pero amante de los caballos, el rubio asiste a la competencia nac...
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Canción recomendada: ✨Didn't know✨de DAY6
«Años atrás»
El jardín de azucenas era cuidado por los jardineros a cargo de la familia Park. Unas al lado de otras, las florecillas zarandeaban sus pétalos agraciadamente debido a la brisa primaveral. En la mitad de estas y cubierto por la sombra de un árbol de manzano, se ubicada un par de sillas con su respectiva mesa de madera, en ellas estaban sentados Shinhe y Jimin.
El niño de mejillas abultadas escribía en la libreta cansinamente mientras su madre lo vigilaba. Cada tanto, Jimin arrugaba la frente deteniendo los trazos al no entender las preguntas planteadas, no obstante, solo bastaba la mirada afilada de Shinhe para que retomará su esfuerzo en comprender las letras.
Retrayendo la mirada, el menor musito el párrafo una y otra vez. ¿Era un idioma de otro mundo? Probablemente si, por más que Jimin releyera las oraciones estas no se enlazaban para darle un verdadero significado a lo escrito en las hojas.
—Mami — el menor suspiro frustrado —No entiendo esta parte ¿Puedes explicarme? —comento, educadamente.
—Ya te lo expliqué varias veces. Intenta de nuevo, Jimin —expreso, obligando a que su hijo continuara leyendo el texto.
Sin rechistar y viendo los grises ojos de su madre, Jimin siguió con su ardua tarea. Vacilo un poco al contestar la quinta pregunta del texto y volvió a respirar cuando su madre asintió, diciéndole que era correcta su respuesta.
Las tardes estaban dedicadas a estudiar libros de pasta dura que contenían temáticas complejas, unos de filosofía y otros de investigaciones realizadas por expertos. Según Shinhe, la lectura y resolución de preguntas ayudaría a qué su hijo destacará en la escuela y reforzara sus conocimientos. Sin embargo, para un niño de escasos 9 años los párrafos abarcaban un montón de palabras inentendibles y los temas resultaban aburridos sin tener algún sentido.
Muy a pesar de las advertencias y consejos que daba la abuela de Jimin, la mujer proseguía con el glorifico plan de criar a su hijo de esa forma. Tenía un corazón duro, no le importaba si su hijo lloraba de frustración, ni mucho menos reprenderlo cuando le expresaba el anhelo de colorear los libros que le regalaban en la academia.
Absolutamente, cada uno de esos sucesos perdían el nivel de prioridad para ella. Lo único que tenía verdadera relevancia, era el cumplimiento de la rigurosa rutina de estudio. El dinero no se ganaba de la noche a la mañana, por lo cual, aunque tuvieran una gran riqueza debía velar por su hijo, el futuro sucesor de las industrias Park.
—Mami...
La voz aniñada volvió a llamar por Shinhe, la mujer resoplo hastiada de que su hijo no comprendiera el texto.
—Dime, Jimin.
—Namjoon dice que le compraron un nuevo juguete. —menciono, terminando de rellenar la última pregunta. Jimin alzo sus ojos, observando el rostro inexpresivo de su madre. —Podría... ¿Tener uno para mi cumpleaños? —pregunto empuñando sus manos. —Cumplí con las tareas y prometo terminar el nuevo libro pronto.
