10. ¡Alerta! Resfriado y confesión

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Canción recomendada: 💗Those eyes💗 de New West

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Canción recomendada: 💗Those eyes💗 de New West

Un tierno estornudo resonó en la sala de estar.

La devastadora tormenta continuaba con fuertes ventiscas y grandes corrientes de agua golpeando las ventanas ya cerradas. Después de correr como gallinas despavoridas a su gallinero, la pareja cubierta de lodo y mojada hasta los zapatos, había logrado llegar a la casa donde se hospedaba Jimin.

Dicha casa estaba decorada con un estilo minimalista, construida en madera mientras el color gris y naranja predominaba en su estructura. La cocina estaba al fondo y las escalares daban antepié a un segundo piso que dejaba visible el dormitorio de Jimin. No era muy espaciosa, pero si lo suficiente para que una persona viviera en ella. Sin embargo, aunque al principio Yoongi se sorprendió del interior, aquello no cobraba relevancia en esos mismos momentos. De hecho, ni la misma ceguera que ambos tenían por el apagón de electricidad lo hacía.

Por el contrario, contra todo pronóstico y luego de que tomaran un baño, el surgimiento de un caótico problema era el verdadero captador de la atención del pelinegro. Estornudos y mocos simplificaban la misión imposible a la que se enfrentaba Yoongi.

Las nulas experiencias en tratar resfriados cobraban factura en su presente. Sin imaginarlo, lidiar con una persona enferma estaba resultando más complejo que cuidar cualquier animal de la villa. Aun así, no era tan alarmante ser primerizo en servir como enfermero, más bien, el hecho de que Jimin estuviera ardiendo en fiebre y sufriendo una ola de estornudos era lo agobiante para Min.

Por lo cual, con una pijama de gatitos y un rostro preocupado, Yoongi se sentaba en el mueble de color gris tomando las manos regordetas y entrelazando sus dedos.

—Me siento muy mal, Yoon...

La voz temblorosa y melosa por la gripa salió a relucir de los labios abultados, el lamento se asemejo a las últimas palabras que una persona diría antes desfallecer. Una manta afelpada cubría el cuerpo de Jimin protegiéndolo de la brisa fría que llegaba a filtrase por las hendijas de las ventanas. La fiebre alarmante provocaba un sonrojo en sus mejillas y un dolor de cabeza lo atontaba hasta sentirse mareado.

—La pastilla debe estar haciendo efecto dentro de poco. —expreso Yoongi acariciando los dedos gorditos. —¿Nunca te habías bañado en la lluvia, bonito?

—No —estornudo —Mi madre nunca me permitió salir cuando llovía. —sorbio sus mocos y miro al pelinegro. Jimin apretó la pálida mano e intento sonreír para no verse tan mal.

Yoongi suspiro temiendo por la complicación del resfriado —Te hare un té para complementar la pastilla. —comento poniéndose de pie. —Mi madre dice que es sanador y es lo único que recuerdo de remedios.

—Espera, Yoon —murmuro agarrando la camiseta de gatitos cuando el mayor se encamino en busca de la cocina. —Puedes... ¿Puedes solo quedarte a mi lado? —pregunto con sus grises ojos reflejando suplica.

El Pueblerino y el Jinete / YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora