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Luego de terminar su comida con Chan, Minho regresó al trabajo. Por la tarde era cuando más gente solía pasar por un café o un aperitivo. Los panques de Yon eran conocidos y apreciados por muchos. 

Mientras Minho se encargaba de organizar los pedidos y ayudar en la elaboración de algunos, llegó Changbin. Este le dió su pedido a una chica y se fue a sentar cerca de su amigo en la barra, esperando paciente a que notara su presencia. 

Cuando Minho terminó de servir el capuchino que le habían pedido, levantó la mirada, observando a Bin.

—¡Hey! ¿Cómo están?—saludó, feliz de verlo. 

—Jisung un poco estresado por los preparativos, pero nada demasiado difícil—respondió, tranquilo—¿Tú cómo estás? ¿Hyunjin?

—Yo estoy bastante bien, pero Hyun esta en exámenes y ha estado bastante ocupado. No lo he visto.

—En la playa fue bastante agradable. Aunque no oficialicen, por favor acepta que se quede en el grupo de amigos—pidió, desconcertando a Minho.

—Obvio que sí, ¿pero quién está hablando de no oficializar?

—Solo decía, por cualquier cosa. 

—No me eches la sal, Seo—lo miró amenazante—Te he apoyado en todo con Jisung.

—¡También los apoyo! Es solo precaución. 

Es solo que él no es tu destino. 

—Mas te vale.

—¿Has visto a Chan?—inquirió, cambiando de tema—Creo que la ha estado pasando un poco mal con Yon.

—Si, lo he visto—respondió—Le estoy ayudando a Yon a mantenerlo con vida en lo que ella está revisando la otra sucursal. 

—Bien. Hazle saber que estamos aquí para él—hizo una pausa, dudando entre si decir algo más o no, y murmuró:—Creo que es un poco difícil estar con alguien que no es el amor de tu vida. 

Posterior, llegó la chica con el pedido de Bin y este se despidió de Minho para luego salir de la cafetería e irse. 

Minho se quedó pensando en lo que Changbin le había dicho, tanto de manera explícita como implícita. Supo lo que quiso decir su amigo, aunque no lo dijese tal cual. Hyunjin no era el amor destinado de Minho. Eso, al parecer, complicaba un poco las cosas. Y, como cereza del pastel, él no era el único en el grupo al que le estaba pasando. Yon y Chan iban en caída. 

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Apenas cerró la cafetería, se dirigió al supermercado y compró una docena de donas glaseadas. Eran sus favoritas. Las pagó y salió, directo al departamento de Chan.

Cuando tocó la puerta y escuchó el "Pasa" de Chan, entró dirigiéndose a la cocina. Calentó agua en la tetera. Bang se acerco a ver lo que hacia Minho, y cuando notó la caja de donas se le ilumino la mirada.

—¡No jodas!—exclamó, con más fuerza que la que había tenido en días. Las donas causaban ese efecto.

—¿Qué?—preguntó Minho, confuso.

—¡Son mis favoritas!—Con emoción, Chan se acercó a la caja y la olió. Casi se derrite ahí mismo. 

—Copión.

—Ey, yo nací primero, así que me copiaste a mi.

—Yi nici primiri.

—¿Qué te pasa?—preguntó Chan, entre divertido y confundido.

—Changbin hizo un comentario estúpido—respondió Min, luego de un suspiro. 

—Ay, Changbin. ¿Ahora qué dijo?

—¿Tú y Yon van a romper?

—Maldito Seo—dijo, entrecerrando los ojos. Pensó en la pregunta.—Probablemente sí.

—¿Crees que Hyunjin y yo vamos a durar? ¿Crees que tiene sentido andar con alguien que no te rellena el maldito tatuaje? 

A Chan las preguntas le habían tomado por sorpresa. No esperaba que Minho le consultara algo de su relación con Hwang a él. Bang no le habría pedido un consejo sobre él y Yon porque pensar en ella y en Minho al mismo tiempo le hacía sentir raro

—Eh, ¿no sé? 

—Pero tienes experiencia.

—Mi experiencia personal no define todas. Tal vez lo mío no funcionó, pero eso no condena a los demás. Si Yon y yo no funcionamos fue porque con el tiempo nuestras diferencias empezaron a ser más notorias, relevantes. No me siento igual, y sé que ella tampoco—hizo una pausa para pensar—Además, no solo es el deterioro en si de la relación, si no que tengo la situación del trabajo, y la presión de mis padres.

—¿Tus padres?

—Quieren que me case—resopló—No saben que Yon no es el amor de mi vida, porque como si no fuese suficiente, ellos si lo son. Tienen "Let's Get It On" en la jodida muñeca. 

—Wow. 

—Y creo que a la mayoría les parece que estamos bien, pero cada día se hace más notorio que no. Hoy solo me dejó un mensaje y yo solo le respondí. No hicimos conversación. No nos llamamos. Se está acabando. Creo que incluso debería empezar a buscar otro departamento. 

La situación iba así de seria. 

—Bueno, si te sirve de algo, lo único cuerdo que dijo Changbin hoy fue que estamos para ti en lo que necesites, incluido yo. Si terminan y sigues sin departamento, puedes estar en el mío. Aunque creo que sería un poco incómodo tener que verla en los pasillos.

—Esperaré a que regrese y hablaré con ella, pero gracias por la oferta.

—Lamento las situaciones. Mejor explotemos de donas y té.

Minho sirvió el té y Chan tomó la caja de donas. Se sentaron en el sillón de la sala y miraron la televisión en silencio durante un rato, pero uno de ellos rompió el silencio con una pregunta.

—¿Cómo te sientes con Hyunjin?

—Bien. Me siento bien. Fluimos. 

—¿Crees que así se sientan Jisung y Changbin?

—Creo que ellos se sienten como sistemas binarios. Estrellas que bailan juntas, siempre. Estrellas que pueden chocar algunas veces, pero no pasa nada. Lo solucionan. Estrellas leales—sonrió, porque le gustaba pensar que sus amigos tenían algo así de maravilloso. Minho casi no lo demostraba, pero era fan de la astronomía. 

—Seguramente así es—susurró Chan, reflexionando las palabras de Minho. 

Tras una breve pausa, Minho habló.

—¿Ya no usas el guante?

Chan se miró la mano derecha, vacía. Sin telas cubriéndola. 

—Lo empecé a usar poco tiempo después de conocer a Yon. Cuando sentí que con ella no me importaba tener el tatuaje o no, decidí que si iba a estar con Yon merecía protegernos de alguna manera. 

»Evadir el contacto de esa mano con los demás se volvió una demostración de amor. A ella no le importaba demasiado, pero yo lo hacía de todas formas. Me gustaba usarlo, me hacía sentir que nuestro amor iba a perdurar porque nadie se podría interponer; porque si lo usaba, nunca sabría si alguien más era el amor de mi vida, pero no importaba porque consideraba que Yon lo era. 

»Últimamente no lo he usado porque he estado aquí, encerrado. No hay problema. Aunque con lo que nos ha venido pasando, supongo que ya no lo usaré. 

—¿Regresa mañana?

—Sí.

—Espero que decidan lo mejor para ambos. 

Chan solo asintió con la cabeza, no dijo nada más. El silencio que los envolvió se sentía pesado, extraño. Había algo que ninguno sabía que era mutuo, pero los confundía por igual.

Touch Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora