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Las cosas en la cafetería siguieron lo mas normales posibles. Minho notó que varias veces Yon se le acercaba, como queriendo preguntarle algo (seguramente sobre Chan), pero siempre terminaba retrocediendo. 

Minho se sintió un poco mal por estar en el trabajo de la ex de quien consideraba su amigo, pero Yon le agradaba y parecía que habían quedado en buenos términos. Sin embargo, la llamada que antes había tenido con su madre y como esta quería encontrarle otro empleo surgió en su mente, divagando con algunas ideas de futuros trabajos. 

Él estaba muy consciente de que no trabajaría en esa cafetería toda su vida, pero estaba disfrutándolo mientras duraba.

Unos minutos antes de su descanso, vio un carro color plata estacionarse en la esquina a la cafetería por las cámaras de seguridad. Luego recibió un mensaje de Chan, avisándole que ya estaba afuera esperándolo.

Cuando dio la hora exacta, salió de la cafetería y vio a Chan recargado en el auto plateado. En cuanto Minho se acerco, Chan le abrió la puerta para que entrara y posteriormente la cerró.

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El lugar donde habían ido no quedaba muy lejos de la cafetería, para que Minho pudiera regresar en tiempo. Sin embargo, sí estaba escondido. Se tenían que meter entre varias calles, y luego de estacionar el coche aun tuvieron que caminar un poco mas. 

Llegaron a lo que parecía una casa, de esas tradicionales. La estructura rectangular del lugar contaba con techos inclinados hechos de tejas de barro grises. Cada habitación que rodeaba el patio central tenia asignado un numero, a excepción de una, la mas grande, que parecía ser la cocina.  Algunas de las ventanas de las habitaciones estaban cerradas, pero donde ellos iban estaban abiertas y un mesero los esperaba con una gran sonrisa.

—Señor Bang, que gusto verlo de nuevo.

—Buenos días, Jungwon. ¿Ya esta listo todo?

—Si, señor. En un momento les traeremos la comida. Por favor, pasen.

Entraron en el cuarto. Por dentro, las paredes de madera estaban decoradas con cuadros de varios artistas coreanos reconocidos, había un tocadiscos en una esquina y al lado de este un mueble con una gran colección de vinilos. Además de la mesa y los cojines, el resto de la decoración era bastante sencilla.

—¿Te gusta?—preguntó Chan, mirando a Minho de forma expectante. 

Minho se había detenido a observar algunos cuadros, se concentro tanto en uno que la voz de Chan casi lo hace saltar del susto. 

—¡Si! Es muy lindo—respondió Min, con una sonrisa. Su mirada siguió observando todo el lugar, encantado por la paz que transmitía. 

—Solía venir mucho aquí cuando era adolescente—contó el mayor—En ese momento aun no le decía a mi padre que quería dedicarme a eso, así que me dejaban venir aquí y tomar inspiración como hobby. De hecho, quería hablar justo de eso.

Chan se vio interrumpido cuando Jungwon paso con otras tres personas a dejar toda la comida que habían preparado para ellos. Ambos tomaron asiento, frente a frente, y empezaron a comer.

—Entonces, ¿hablamos sobre música?

—En parte si. Mira, luego de que Yon y yo terminamos y salí del departamento no sabia muy bien a donde ir. Al final termine en casa de mis padres. Ayer en la mañana les conté todo lo que había pasado con Yon, y me anime a decirles sobre el trabajo.

—¿Te apoyan?—inquirió cauteloso. Sabia los antecedentes sobre ese tema.

—Pues mamá sí, pero papá ha dicho que si consigo un trabajo en una empresa, por mas pequeña que sea, no se va a interponer... 

Touch Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora