★VIII★

156 27 5
                                    

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Después de la conversación que tuvo con sus compañeros, Otabek permaneció el resto de la jornada laboral con una incesante molestia y una carga mental agobiante que lo mortifico sin cesar.

Algo dentro de él se removía inquieto, por más que intentará tranquilizarse una enorme ansiedad y preocupación estaban atormentandolo y evitandole funcionar correctamente, es que hasta sus compañeros notaron que algo estaba mal con él.

Y es que no podía creer que había traicionado la confianza de Yuuri de esa manera.

Reconocía que lo había hecho con buenas intenciones con el propósito de defender al omega de los comentarios despectivos de sus compañeros, el nipón era muy importante para él y que lo ofendieran sin consecuencia alguna lo encolerizaba, por eso, actuó dejándose llevar por su impulso.

El azabache nunca había negado ser un omega puro, pero tampoco es que fuera un dato necesario de contar a donde sea que este vaya. Si lo mantenía al margen con supresores y había omitido esa información en su trabajo era por algo ¿No?

Y ahora él había estropeado lo que sea que Yuuri tratara de evitar, abriendo su bocota sin pensar en lo que iba a revelar y más importante aún, a quienes se los iba a revelar, porque aunque no fuera algo que saldría de él, estaba consciente que sus compañeros no eras los mejores candidatos como alfas; eran unos aprovechados que siempre buscaban su beneficio propio sin pararse a observar todo lo que arrasaban a su paso.

Ahora en sus adentros estaba ese pensamiento constante de que ellos intentarían hacerle algo a Yuuri.

Y no se refería a lo físico, porque sabía que el omega era muchísimo más fuerte que ellos en todo sentido, pero sí podrían intentar algo que le afectara en el ámbito laboral al azabache. Todo para lo que tanto se había esforzado el omega podría venirse cuesta abajo en cuestión de segundos si esos alfas intentaban algo y no salía como ellos querían.

Por supuesto, que no sería nada justo que Yuuri perdiera todo, y solo por su condición de omega, que sobrepasaba su puesto y sus conocimientos en los ojos de la sociedad.

Las cosas no se podían quedar así, tenía que hacer algo antes de que todo se fuera por la borda.

Pero primero lo primero, tenía que ir a contarle a Yuuri lo que había sucedido horas atrás aunque eso significara perder su cabeza, o aún más importante, la confianza y amistad del omega.

Porque a él no le daba vergüenza admitirlo abiertamente, ese pequeño japonés era su adoración y lo protegería a como de lugar.

════ ⋆★⋆ ════

El camino al hogar del azabache se le hizo eterno, quizás por los nervios que se lo estaban comiendo vivo o por que este realmente había escogido un lugar bastante retirado para vivir durante su estadía en la ciudad.

Entendía perfectamente que el omega quisiera pasar su tiempo excluido y lo más alejado posible también, pero de igual forma tampoco creía necesario que estuviera casi al otro extremo del lugar.

Pero en realidad, eso no era lo importante en el momento, intentó divagarse un poco pensando en otras cosas pero no tuvo mucho éxito, y ahora ya se encontraba en la entrada del edificio donde residía el omega.

★Mi Sexy Detective★ [Viktuuri/Yuri!!! On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora