★III★

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A la mañanita siguiente, tal y como les dijo el detective, todos los alfas -incluyendo a Yakov- estaban presentes en la oficina del mayor

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A la mañanita siguiente, tal y como les dijo el detective, todos los alfas -incluyendo a Yakov- estaban presentes en la oficina del mayor.

Incluso llegaron media hora antes de lo indicado por temor a lo que les podría hacer ese loco omega.

Solo faltaba Otabek, quien no estaba al tanto de lo sucedido el día anterior en la agencia.

Tic Toc Tic Toc

Faltaban aproximadamente unos 30 segundos para las siete en punto.

El reloj sonó, avisando que el tiempo transcurrió y que ya era la hora indicada.

Katsuki no hacia acto de presencia.

Un, dos, tres minutos pasaba y nada. Hasta que por los pasillos se escucharon pasos firmes, indicado que el demonio estaba entrando.

La puerta se abrió, mostrando al omega de rostro serio. Vestía un nuevo traje, negro igual al anterior pero con una corbata color vino que combinaba con sus hipnotizantes ojos.

Nuevamente, recorrió el lugar con la mirada, analizando todo. Cada minimo detalle; la vestimenta de todos, sus expresiones, rebuscando algún signo de molestia o desagrado.

Al parecer encontró algo, pues Yuuri sonrio cínicamente, con lentitud se fue acercando a los alfas sintiendo como los nervios de estos aumentaban con cada centímetro que avanzaba el japonés.

—Firmes—Ordenó Katsuki, con una increible voz de mando que por inercia, obligó a los alfas a tomar la postura que se les dijo.

Los tres alfas, sumidos en el terror, obedecieron sin objeciones, sacando pecho y colocando rostros serios a pesar de que el miedo recorriera sus cuerpos.

Katsuki seguía observándolos sin expresión.

—Lo siento—De pronto, un alfa moreno abrió la puerta, dejandose ver ante la cruel bestia que tiene sed de sangre—Surgió un problema que me atrasó...

Mientras el alfa moreno se deshacía en disculpas, los otros tres observaron como el aura que rodeaba al omega se fue tornando mas oscura de lo habitual. Ser interrumpido en plena intimidación, era algo que siempre lo había molestado y a quien osara hacerlo, se llevaría su merecido.

Con ira e irritación, se volteó lentamente, quedando sorprendido al instante por lo que vio.

—¡Otabek!—Cuando menos se lo esperaron, el omega corrió a los brazos del kazajo, saltándole encima y enganchando sus piernas en la cintura del mas alto.

—¿Yuuri?—El nombrado solo levanto el rostro y le sonrió de una manera tan dulce que dejo asustados a los demás.

"¿Puede sonreir?" pensaban Viktor y Georgi.

Mientras Chris, solo agradecia mentalmente a Otabek, pues con el movimiento que hizo el omega, pudo verle las nalgas.

Lo que sucedió después los dejo aun mas atónitos. Otabek se aferró con fuerza al omega, como si este fuera a desaparecer si lo soltaba.

★Mi Sexy Detective★ [Viktuuri/Yuri!!! On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora