Tenías que ser tú •|Shadonic|

-Capitulo 12

Reproducir: I Wanna Be Yours– Arctic Monkeys o alguna canción romántica (para entrar en ambiente)

⋋⁠✿⁠ ✿⁠⋌

• ¿Me niego? •

|Narra Shadow|

En los diecinueve años que han transcurrido en mi vida, siempre hubo ese “nunca” que me había prometido cumplir hasta cuando sea necesario. Hasta cuando sea el momento tendría que romper aquella promesa que entre mi mente y yo habíamos creado. Desde que tenía quince años. Siempre fue así.

Nunca rendirse.

Lo estaba cumpliendo.

Nunca dejar de ser el el mejor en clase.

Desde siempre lo eh cumplido.

Nunca dejar el fútbol.

Jamás lo haría.

Nunca enamorarme...

Me había traicionado.

Ya no era yo. Era otro Shadow. Idéntico a mi, pero con diferente mentalidad, diferentes sentimientos.
Odiaba que las cosas fluyeran de la manera en la que estaba sucediendo. Ahora me doy cuenta.
Después de estarme negando, me negaba a tener algún sentimiento afectuoso con dichoso erizo azulado que lo único que sabe hacer es dar risa, fastidiar, molestarme y sacarme de quicio.

¿Desde cuándo eso
puede llegarte a enamorar?

Era ridículamente interesante.
Pero si, había caído en sus fastidiosos chistes, había caído en lo hiperactivo que era, en esa actitud de niño pequeño, en su poca vergüenza, en aquellos ojos verde esmeralda que me roban toda mi atención cada que se le da por regalarme una mirada, en su sonrisa que nunca se borra de su rostro. En todo de el.

Ni Melphiles, ni nadie podría explicar que tipo de sentimientos tenía con ese erizo.

Lo odiaba. Pero de verdad sentía algo por el.
Odiaba que me fregara en clase porque le pasara las respuestas de las actividades. Me enamore de su humor tan roto que tiene. Odiaba sus chistes malos. Me encantaba su sarcasmo. Odiaba que tenga gustos tan raros. Amaba lo raro que el era.

Y podría seguir.

Podría seguir hasta que mi Shadow interior desaparezca por completo.
Sin dejar rastro alguno.

¿Cómo puedo hacer que mi corazón deje de sentir?. Sonic y yo no tenemos nada en común, nunca podemos estar a favor de algo, nuestros gustos son tan diferentes. Nosotros somos tan diferentes.

Somos como el Sol y la Luna.

Podría sacar millones de diferencias entre nosotros.

Nunca me perdonaré eso. ¿Había caído tan bajo?¿O solo estaba confundido?¿En realidad estaba enamorado?. Preguntas sin fin que en el momento creía que jamás las respondería.

Era inexplicable. Era tan ridículo como esque alguien podría enamorarse de la persona que más odia, de la persona que nunca soportó en esos últimos meses. Ese era yo.
Pero aún haberlo aceptado, aunque mi corazón ya esté en ese estado de enamoramiento. Me negare hasta que esos sentimientos desaparezcan. Me lo había prometido. Desde la noche lluviosa dónde el erizo tocó sus labios con los míos.