Tenías que ser tú •|Shadonic|

-Capitulo 21

• Un adiós •

|Narra Shadow|

—Aunque no sé si soy el indicado para decirlo... Pero, perdóname... Te amo, como no tienes una puta idea. Pero es mejor para ambos.

Finalizó Sonic, con una cierta forma tan dulce de acariciar mis orejas. Sentí un atranco rotundo en mi corazón, como si me lo hubieran hecho en mil pedazos. No quise responder. No pude hacerlo.

Mi chico, si puedo denominarlo de esa manera. Había acabado con lo nuestro. Si, duro muy poco, pero lo sentí como una vida entera, como si hubiéramos pasado por millones y millones de situaciones, mundos, lugares. Entendía su razón, al parecer era mucho más maduro de mi que creía. Siempre lo ví, como lo llamaba, un novato siempre lo denomine de esa manera desde el principio de está breve historia, después se convirtió en un apodo que me gustaba molestarlo con eso.

¿Pero, qué importa?

Todo se había acabado.

Sabía que tenía que aprender de el, no logré aprender todo de el en nuestro tiempo, pero ahora lo haría. Tengo que saber dejar ir, también es amor aunque muchos no lo asimilen.

Si, estaba tan arrepentido, una parte de la culpa es mía, fue tan cobarde e inmaduro de mi parte. Debí decírselo todo desde un principio, debí ponerle un alto a Sally, aunque lo había hecho. Hubiera contarle todo antes de alguien más lo hiciera, hubiera intentado por lo menos decirle un poco lo que pasó con cierta ardilla.
Pero para completar mi desgracia, el maldito “hubiera” no existe.

Tal vez era ese golpe que me merecía desde un principio, pero no creí que vendría con un arranque a mi corazón.

Quería ir a buscarlo de nuevo, pero sabía que regresaría con la misma respuesta, Sonic era algo terco y testarudo. No cambiaría de opinión por más que intente hacerlo, por más que me ponga de rodillas. Si fuera otra persona me daría un balazo justo en la cabeza, que no me sirvió de nada para razonar las cosas.

¿Cómo podría llamarle a aquello que te quema, que te duele horrible. Pero debes que tú mismo provocaste?. Me sentía así.

«Mi adorable chico.
No pensaba en acabar así.
Me diste vida, me cambiaste por completo en cuestión de días, algo que no pensaba que se podía.

No quiero que está historia se acabe aquí.
Pero ví tus ojos y mejillas empaparse de lágrimas que fuí quien lo provocó.
Estaba a nada de arrancarme el corazón y entregártelo, no merecías nada de eso.

Tus ojos perdieron su brillo en ese instante.
Si, fue justo ahí, una bala atravesando mi corazón y alma.
Tus inigualables ojos, se fue todo ese brillo, tu luz, las sonrisas que dabas con la mirada.
No me gustó para nada ver eso, nose cómo no me arrojaste de un edificio. Yo lo hubiera hecho.

Te amo, ¿Con el corazón?, es muy poco, dejará de latir en cualquier momento. Te amo con toda mi alma, el alma permanece para siempre.
Fuiste mi primer amor, y quería que fueras el último.
No podría saber explicarte la tristeza que tenían, las ganas de poder hacer algo. Ahora que estaba en mi habitación, con la puerta cerrada, con lágrimas rodando por mis mejillas, me codiciaba la idea de ir por ti, de intentar convencerte que no acabarás con nada. Sería en vano»