Capítulo 14

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Ezra

El cabello rubio y ondulado de Gremorian se mueve cuando ella se acuesta en el trono, sube sus pies sin cuidado a uno de los reposabrazos dejándolos colgados ahí, del otro lado, su codo clavado en el reposabrazos da de soporte a su muñeca que sostiene su cabeza. Me ve con esa indiferencia con la que suele verme. Sus ojos verdes, con ese tono dorado manchando el verde que tiene. Lleva unos pantalones cafés desgastados, un jubón blanco con un par de manchas de sangre.

—¿Cómo está mi padre? —pregunta. Puedo jurar que hace un puchero.

Gremorian es la gemela de Louis, hija de Lucifer. Cuando ambos nacieron, la balanza que tanto cuidan los ángeles y demonios se rompió. Lo que obligó a los dioses, quienes sometieron a Lucifer tras una nada pacifica batalla en donde desafortunadamente, la legión iba ganando. Lucifer tuvo que tomar las riendas del asunto y una decisión. Matar a uno de sus hijos. Pues era eso lo que solicitaban los dioses, pero tras una contra oferta, se le pidió a Lucifer que cediera a uno de sus hijos. El cual crecería en la legión, se usaría su sangre angelical para criarla como un ángel verdadero. Para los dioses era una oportunidad de crear a Lucifer desde cero. Para Lucifer, representó la pérdida de su mayor amor; su pequeña hija. Nadie sabe porque la eligió... pero si uno se pone a observar el comportamiento de los ángeles, se entiende porque fue ella y no Louis, la elegida.

Una mala apuesta para los dioses.

Gremorian no es la redención de Lucifer.

Gremorian es sanguinaria, gusta de las peleas, de la tortura, es salvaje, nadie la controla. Pero también es el mayor tesoro de los ángeles. Pues su agilidad mental para la guerra no la tiene nadie. Así que la han acomodado al cuidado de Leibda, el regente de la ciudad de Cristal, quien la consciente en exceso.

A veces me da la impresión de que Gremorian es una niña que cree que todos somos sus juguetitos, que puede mangonear y manipular como quiera. Todo eso porque nadie la ha sabido meter en cintura, nunca.

—Extrañándote —saco el sobre que Lucifer le ha enviado. Subo la escalinata para que lo tome y me lo arrebata casi al instante, la toma sin cuidado juega con ella en sus manos.

—¿Y esto? —saca la tarjeta negra del sobre. Lee con rapidez la misiva. Enarca una ceja cuando voltea a verme—, Chantrea —saborea su nombre con la lengua.

Asiento. Y ella ensancha la sonrisa.

—La chiquilla con la que te ayudó el bastardo —suelta sin ganas. Hace que la carta se incendie en su mano sin el menor cuidado. El fuego no llega a dañarla. Simplemente se esfuma.

Baja sus piernas para sentarse y ahí obtengo su mirada gélida, ahí obtengo su mirada llena de rabia. Sus piernas están separadas, coloca sus brazos en sus piernas, echa su cuerpo hacia adelante y veo como comienzan a caer orbes de fuego por todo el sitio.

—No me gusta que toquen mis juguetes, Ezra —gruñe con fuerza—, yo no toco a tus malditas marionetas inservibles, yo no toco tu mierda. ¡Tú no putas tocas mis malditos juguetes! —hace vibrar los cristales del palacio cuando sube la voz.

—Hermanita —suspiro intentando sacar toda mi exasperación—, aunque me divierto con tus jueguitos —sobo mi sien—, debes de tener un límite, no me obligues a ponértelo, que créelo, no voy a tentarme el corazón.

La enana, porque sí, Gremorian viene en una presentación compacta. Para su mayor comodidad; es presentación de bolsillo. Se lanza hacia mí. Intenta acertarme un golpe que detengo sin mayor problema.

Vuelvo a suspirar.

Lucifer se equivocó al mandar a este demonio aquí. Ella debería reinar en la hueste. Pero Lucifer fue listo. Por algo este demonio está aquí... y por algo más, Lucifer le quito el poder a Louis y me lo dio a mí. Lucifer tiene planes distintos para su hijo. Algo mejor. Algo mejor para él y Chantrea.

Un trato con los demonios [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora