Seguía la persecución. Me perseguía a través del parque, a pesar de todas la atención que recibíamos. De repente, fui bloqueado por una gran multitud de gente viendo un espectáculo al aire libre. Mi única salida era un pequeño puente a través del rio.
Corrí sin girar para atrás, ignorando que ya no escuchaba mas los pasos de Leorio. Cuando estaba a punto de llegar, Leorio se presentó en la otra punta del puente.
-Kurapika... ¿No vas a escucharme?-Miraba con ojos melancólicos.
-¡No hace falta que me hables!-Grité como nunca lo había hecho-. Me rechazaras, no?
-¡Kurapika!-Dió unos pasos fuertes hacia mi, claramente enojado -¡¡También me gustas!!¡¿Ok?! ¡¡Deja de correr y escúchame!!
Quedé en breve shock. Leorio aclaró levemente la garganta.
-Hace mucho que no gritaba así. Creo que la última vez fue cuando un amigo no contestaba el teléfono...-Se decía a si mismo, acomodándose.
-¿Que...? ¿Que dijiste?-¿Había escuchado mal?
-Lo que dije. No me hagas repetirlo, Kurapika. Creo que todos los de allá me escucharon.
Exactamente, todos los que estaban viendo el espectáculo se quedaron atónitos al escuchar el gritos. "Los jóvenes de hoy en día" podía escuchar murmurrar. Aunque no me importaba.
Es más, nos dió risa. Empezé a reír fuertemente, sujetando la panza. Unas lágrimas de felicidad empezaron a caer por mis mejillas, para luego contagiar a Leorio con mi risa.
Parecíamos locos riéndonos. ¿Y que importaba? Nada. Y seguimos así y así por unos minutos.
-¿Entonces...-Paró su risa, como pudo-vamos a salir citas? ¿Cosas como esas?
-Si-Dijé yo-. Creo que sí.
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San Valentín
Muy, muy atrasadoEn el pequeño pueblo de Endless Winters, los únicos trabajos que tenía eran insignificantes. Después de que el público supiera mi decisión, todos tuvieron la misma opinión: «Que malgasto de talento».
No me afectaba. Lo que quería era estar con Leorio. Era pleno 12 de marzo.
Ese día, tan nevado como siempre, mi trabajo era buscar a un perro extraviado. La dueña, una señora de mayor edad, entró a la comisaría. Gritó:
-¡Mi Fifo! ¡Se ha extraviado!-
No tenía trabajo. Así que tomé el trabajo de buscarlo. «Es un pequeño Pug... Tiene un abrigo muy calientito color rojo... Se me escapó porque olvidé una ventana abierta». Su preocupación escalaba hasta el temblar de sus palabras.
Varios policiales y yo nos dividimos en varias partes. Por mi parte, yo me acerqué a la casa de la anciana, y empezé a buscar pequeños pasos.
En la nieve, en el lado derecho de la casa, habían pasos que se extendían dando vueltas, y finalmente, hacia el pueblo.
Seguí casi corriendo los pasos. Ese perro no podía aguantar mucho en tal ambiente.
Lo encontré sentado en la nieve, cercano al aeropuerto. Corrí hacía él, y lo tomé con mis dos manos.
-Fifo...-Leí su collar-Si. Eres tu.
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//𝔇𝔬𝔠𝔱𝔬𝔯 𝔭𝔢𝔯𝔰𝔬𝔫𝔞𝔩//(LeoPika)
Fiksi PenggemarKurapika, un detective que busca sin descanso a la Brigada Fantasma se dirige a Endless Winters, dónde conoce a un medico que insiste por su salud. • • • • • >Leopika. >AU moderno. >BL. >Violencia.