La araña, oficialmente, se había destruído. Cada uno de los miembros se encontraba muerto. Pero no podía ocultar el vacío que sentía luego de no tener ni un objetivo ni meta en la vida.
Mi única meta fue atraparlos.
Ya lo hice.
¿Ahora que? Era un detective de renombre, atrapé a la brigada Fantasma. ¿Deberia ir a mi ciudad a buscar otros casos gigantes como este? Me preguntaba constantemente.
Lo único que me llegaba a mi cabeza era Leorio. ¿Y si me quedo aquí en el pueblo para pasar tiempo con Leorio? Seguiría trabajando, y menos ajetreado, la verdad.
Aunque yo sabía que lo que quería no era su amistad. Simplemente, me gusta su manera de ser. Es lo que buscaba en una pareja, creo. Nunca tuve una. Estaba muy ocupado con la brigada Fantasma.
Pensé en mi habitación en la oscuridad por unos cuantos minutos, hasta que me decidí. Me iba a confesar. Si tenía suficiente valor para enfrentarme a una banda peligrosa de criminales lo tenía para decir "Me gustas".
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Hice un pequeño plan para confesarme de manera que a Leorio le guste y acepte. Ignorando todas mis dudas y miedos, dibuje un plano y una serie de pasos.
Paso 1: Invitar "Amistosamente" a Leorio a un lugar para cenar. (Algo... Romántico)
Paso 2: llevarlo a un lugar silencioso, como el parque central.
Paso 3: entregarle un ramo de flores que voy a esconder en la parte de abajo de la banqueta, antes de que él venga.
Paso 4: y con suerte va a aceptar.
Suspiré un poco mirando la hoja, dandome cuenta que es lo mejor que tengo.
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Lo cité en un restaurante fino, de esos que solo van parejas. Lleno de rosas y flores rojizas. Dije que "Me dieron un cupón". Un chico no invita a alguien a un restaurante romántico solo por amistad, y tuve que cubrirlo.
Llevé la mejor ropa que tenía, igual que Leorio. Llevábamos los dos unos trajes negros elegantes.
—¡Kurapika!—Exclamó al verme en la entrada del restaurante—. Es la primera vez que me invitas, eh?
—No quería desechar un cupón —Dijé con una sonrisa calmada —. ¿Entramos?
—Espero que tú cupón admita raciones grandes de comida.
—Jaja... Si, eso creo.
Temia por mi dinero. Pagué por la comida a escondidas de Leorio, y procedimos a comer. La comida era rica, aunque tuvimos que comer varias porciones para llenarnos.
—La próxima invítame a una parrillada, si?
—Si.
Escuchamos un estruendo de la entrada principal. Un perro, pequeño y audaz, entró corriendo y saltó sobre nuestra mesa. Quedé sorprendido, casi al shock, mientras sentía el champán de mi copa en mi cara.
el perro parecía burlón para mí. ¿Estaba loco? ¿Era el único que lo notaba? Ese perro era pura maldad.
Después de hacer eso, ningún guardia pudo agarrarlo. Corrió por todo el restaurante haciendo un gran desastre mientras Leorio se divertía viendo el pequeño show.
Tenía una suave sonrisa, mirando al perro dar vueltas, tirando mesas y copas. De pronto, yo también empecé a disfrutarlo.
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—Leorio, ¿Quieres ir al parque central? Ya sabes, el de navidad.
—Kurapika, todavía no es navidad. Y estamos en traje.
—Bueno... ¿Nos cambiamos y vamos? Tengo ganas de ir.
—Bien, si tú quieres.
Fui a mi casa rápidamente a cambiarme de ropa a algo más casual y abrigado. Luego, casi corriendo pero con cuidado para no caerme en el hielo del asfalto, fuí al parque.
Esperé por unos minutos hasta que Leorio apareció. Ya tenía visualizado la banqueta en la que teníamos que sentarnos. La banqueta que contenía el punto clave de la cita.
—Siempre tan puntual, Kurapika.
—Es muy importante la puntualidad en el trabajo de detective.
Charlamos en nuestro camino a la banqueta perfecta. Estaba enfrente del frío lago, que resaltan por los rayos de sol. Hasta que un par de ancianas cubrieron toda la banqueta.
Suspiré aún más que antes, a lo que Leorio apuntó a otra banqueta lejana. Caminamos a ella. Yo observaba continuamente el delicado ramo de flores que yacia escondido en la banqueta ocupado. ¿Cómo lo conseguire?
Mantuve la calma, disimulando completamente el caos que sentía en mi cabeza. Leorio solamente sacaba aún más temas de conversación.
Fue entonces cuando un poco de sudor cayó en mi frente, ignorando el frío que había. La anciana tomó el ramo de flores, exclamando que lo había encontrado.
—¡Un ramo de flores!—Exclamó, siendo la atención de Leorio—. ¿Quien se lo habrá olvidado? Pobre...
—Pobre tipo —Aclamó Leorio, observando el entorno—. Es una lastima perder un ramo de flores.
—Si...
Luego, siguió como si nada, tirando el tema del ramo de flores a la basura. No me iba a rendir. Le dije a Leorio que tenía que ir al baño, ya que hay unos baños públicos en el parque.
Cuando no estuve a la vista de Leorio, busque un puesto de flores. Corrí por varias partes, hasta encontrar uno. Compré rápidamente un ramo de flores que vendió la amable vendedora, y corrí de nuevo.
Respiré hondo, escondí el ramo de flores en la espalda, y me acerqué a la banqueta. Al sentarme, Leorio me interrogó.
—¿Que traes entre manos?—Movia su cabeza para ver. Imposible porque yo se lo ocultaba con un rápido movimiento —. Vamos, dime.
Tragué aire más intensamente que nunca.
—Yo... Eh... Leorio—Asintió, mostrando que tenía su completa atención en mi—. Te quería decir algo...
—¿Que cosa?
—Yo...—No podía lanzarlo de mi boca. Asi que decidí decirlo de una vez, rápido y que se entienda—. ¡Me gustas!
Empujé el ramo de flores a él, cuya mirada estaba confundida. Sus pupilas viajaron del ramo a mis ojos.
De pronto, al no recibir respuesta, me acobardé. Rasque mi brazo, de manera vergonzosa, mientras retrocedía lentamente. Evadía su mirada.
—¿Kurapika...?
—¡Está bien! ¡Olvídalo!
Cada vez retrocedia más y más.
—¿Kurapika? ¡Espera!
Corrí a través del parque, recibendo una gran oleada de brisa fría en mi cara.
—¡Espera!
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N/A
Fue divertido escribir un capítulo así.┗━━━━━━•(=^●ω●^=)•━━━━━━┛
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//𝔇𝔬𝔠𝔱𝔬𝔯 𝔭𝔢𝔯𝔰𝔬𝔫𝔞𝔩//(LeoPika)
FanficKurapika, un detective que busca sin descanso a la Brigada Fantasma se dirige a Endless Winters, dónde conoce a un medico que insiste por su salud. • • • • • >Leopika. >AU moderno. >BL. >Violencia.