Veintinueve

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BLAKE FLAUBERT

¿Alguna vez has mirado a alguien mientras hace algo tan simple como hablar, reír, cantar, caminar, bailar o simplemente comer y lo único que tú haces es sonreír desde el corazón porque ya lo sabes? ¿Porque no importa si lo intentas, sabes que el que esté a tu lado se ha convertido en tu motor para seguir adelante además de que te sientes la persona más afortunada del maldito universo? No quieres que nada de eso se acabe. No quieres pensar en que tal vez no están destinados a estar juntos y que lo que están viviendo justo ahora solo se tratará de un amor pasajero. Una anécdota más que contar a los amigos cuando estás borracho gracias a la tristeza que te causa saber que no compartirás el resto de tu vida con la persona que creías que era para ti.

Jane es encantadora. No necesita nada más que su sonrisa para cautivar a una persona y llenar de alegría una habitación entera. No necesita nada más que su mirada para que cualquiera se pierda en ella por puro gusto y encuentre equilibrio. No necesita nada más que su cabello revuelto y esponjado para contagiar la locura y confianza con la que va por el mundo. No necesita intentar porque ya lo es. Hasta el alma más gris podría caer rendida en su belleza natural. Es como estar ciego. Es arte en su máximo esplendor. Hablo de ella, no del sentimiento. Tan lista, tan inteligente y tan independiente. Adora las flores. Ella es una flor. Un girasol. El girasol más delicado del jardín y con raíces increíblemente fuertes. Su simple existencia me hace querer abrazarla y besarla hasta cansarme de ello aun sabiendo que nunca me cansaré de tenerla cerca. Quiero proteger a ese bellísimo ser humano que se cruzó en mi camino hace dos años y que, sin darme cuenta, lo volví a encontrar hace un mes y medio.

Verla sonreír me causa los sentimientos más bellos y profundos que me doy vergüenza. También me hace tener fe en mí mismo. Me hace creer que algún día dejaré de ser una flor marchita, una estrella rota, una pieza de rompecabezas que no encaja. Me hace pensar que saldré del limbo de mis emociones para verla a ella, solo a ella y no a mis miedos. Con un solo abrazo arregla el desastre que soy. Me da alas sabiendo que quizá tardemos mucho en volar.

Dee es una compañía irremplazable en todos los aspectos posibles. Nunca podré mirarla y dejar de sentir algo por ella. Es la única que puede hacerme sonreír sin siquiera intentarlo y realmente me fascina.

Pero aun así no deja de ser suficiente. Hablo de mí. No se detiene y se propaga como fuego cada vez que lo pienso más y más y más. A veces me consumé, lo hacía antes de conocerla, ahora, con un solo roce de sus dedos, se detiene por un largo periodo. Lucho con el deseo de que se detenga para siempre porque no doy todo mi potencial cuando estoy a su lado. Necesito dar mi todo por el todo. De otra forma, voy a perder y, como dije, será solo una anécdota.

Jane Dee y Blake Flaubert no serán una anécdota del universo. Ella llevará mi apellido no importa cuán aterrado me sienta porque si lo que provoca en mí es tan real como creo, entonces no existe forma para que me rinda con ella.

Nous serons aussi infinis que les étoiles et les fleurs.

La última flor para el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora