El Enigma De Las Rosas

CAP 13 - Tú.

Después de que Valentín supiera la verdad. Algo dentro mío estaba creciendo.
Podíamos llamarlo "amor"? ¿"Atracción"?
Nunca había sentido algo similar, lo cual para mí, era nuevo.

Pase la mano por mí cara,  estaba muy caliente. Pensé si tendría fiebre o alguna cosa por el estilo.

Valentín, quien había llegado con unos panesillos horneados de alguna tienda de ahí fuera, me invitó a tomar algunos de la bolsa.
Si mirada se encontraba pérdida en valla saber dónde, siempre en sus pensamientos que tanto lo atrapan.

-Hey pequeño. ¿Quieres salir a comprar algo para mejorarme un poco?

Pronto vio mí cara y se acercó a posar su mano en mí frente. Su expresión de preocupado aumento y pronto, tomo un saco color negro para salir a la calle.

-Joder, mírate Dante estás hecho "bolsa". - me miraba como si estuviera en las últimas de la vida.

-Lo se, lo se, ayer la tormenta estuvo muy fuerte. - La tormenta: pelear con mí hermano en el medio de la nieve.

-Debes cuidarte más. - su mano paso por mí pelo. - a pesar de que eres un asesino y toda la cosa. Debes tener en prioridad tu salud también.

Me sentí querido.
Nadie nunca me dijo algo similar. Sabiendo mí secreto lo toma con mucha calma.
Algo está tramando este chico y pronto lo voy a descubrir. No es por ser paranoico, pero algo había que no me estaba diciendo.
No quería desconfiar pero sus palabras decían otra cosa.

Valentín se había ido. Me senté en el living a tomar y comer lo que había preparado. Me sentía bien, ya que había conseguido algo de trabajo y algo de dinero.
Nos venía bien a los dos. Así que, me propuse mejorar, para poder salir a caminar, visitar algunos lugares que tenía ganar de poder visualizar.
No había tenido tiempo de hacerlo ya que estaba todo el tiempo con las cosas que suceden alrededor, al menos necesitaba poder despejarme un poco ya que, la semana principal, había sido absuelta.
Al menos no molestaría por el momento.

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Después de un largo día, la noche volvio a caer. Valentín me dijo que se quedaría en la casa de un tal "¿Tomás?" ¿Acaso me estaba engañando? Reí.
Igual, tanta importancia no le di o al menos eso creí yo.
Al rato, había llamado papá.
Su voz parecía algo enferma, como si hubiera tomado frío.
Lo invite a cenar a casa, hace mucho tiempo no lo hacía y necesitaba unos momentos de charla con el.
Tenía que preguntarle si el sabía algo de todo esto.
Me sonaba a gato encerrado.
No por desconfiado, aunque para que mentir, si es así. Vivo desconfiando de la gente, por eso trabajo solo.