Capítulo 6

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"¿Que tan fuertes somos capaces de ser?" -lpl.

Llevaba al menos una semana. Una semana en supervivencia. No dormía. No comía bien. El temor de que me agarraran en la madrugada o que me drogaran con algo en la comida... Les permitiría cumplir con su motivo, cuando llegué aquí.

Dormía en el patio. Con una navaja bajo la almohada. Ir al comedor, rodeada de estos animales, me causaba terror. Mi cuerpo dolía. Cada músculos. Cada célula. Estaban adoloridas. En mis intentos de lucha, en la colchoneta de combate, no hacía más que salir con la nariz o algún que otro hueso roto.

Veo mi reflejo en el espejo del baño. Tengo al menos tres hematomas. Uno en el ojo. Uno en el labio, el cuál tiene una apertura. Y el último en la mandíbula. Tengo al menos cuatro costillas rotas. La nariz, era como si me la hubiera operado. No me reconocía.

Aprovechaba que eran las cuatro de la madrugada para ducharme. Ya que a las cinco... Nos llamaban para entrenar. Bruno no ha aparecido por acá, desde que me entregó a los cuidados de su hijo. Se esfumó. Como la arena con el viento.

El agua helada. Sí. Por qué está helada. Me cubre como la sangre que ha recorrido mi rostro, boca, cabeza. Se desliza por todo mi cuerpo haciendo que este solo se tense. Mi labio arde, palpita, ahogo un quejido al elevar mis brazos para lavar mi cabello. Soporto las patadas. Soporto las humillaciones. Soporto todo lo que jamás soporté. Con el fin de que nuestra vida sea distinta.

Cierro el grifo para ir en busca del shampoo y lavarlo. Mi cabello es largo. Me llega a la cintura. En medio de las costillas. Pienso que... Entrenar con esto es colocar una soga en mi cuello. Literalmente.

No me han reportado nada sobre mi familia. La incertidumbre de no tener conocimiento de sus estados. De como se sienten. De si están a salvo. Me causa insomnio. Prometí estar ahí y lo único que hago es estar en medio de un maldito bosque.

Llevo unos veinte minutos en la ducha. Cuando oigo un ruido a mis espaldas. O en la entrada del baño. Mi instinto me lleva a correr de prisa por la toalla y cubrirme. Busco algún objeto con el cuál poder defenderme.

Sabia que tarde o temprano se darían cuenta

Me ducho una hora antes y luego de vestirme voy a mi lugar, fingiendo que duermo, solo para que así esté más segura al momento de la ducha.

Camino con sigilo por la instalación. Las duchas parecen las típicas duchas universitarias. Enorme. Con casilleros donde guardamos los objetos personales. Cubículos divididos por una simple pared. Sin puertas. Sin cortinas. Sin privacidad. Solo...

El pecado carnal

Logro llegar al extintor, lo quito con cuidado de su lugar y los pasos se hacen cerca. Preparada para salvar lo poco que me queda. Soy detenida por la simple razón de que...

Ese cabello naranja jamás hizo algo en mi contra

-¡¿Que mierda?! -grita con el mayor susto-. Joder, Shein... ¿Estás loca?... Baja eso.

-¿Cómo que qué mierda? -repito exasperada-. ¡¿Creí que era uno de los idiotas esos?!.

Su rostro deja el miedo para cambiar a indignación, recupera su postura y da la espalda.

-Solo pasé porque oí el agua... Creí que se había dañado un grifo.

Dejo el arma homicida para acomodar mejor la toalla. Jacob es un chico muy gentil. Respetuoso. Su cabello está enredado. Su piel blanca juega con la camiseta de lana del mismo tono de su piel. Es alto. Muy alto. Tiene el cuerpo en buen estado. No es muy músculoso, pero tampoco le falta.

2:Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora