CAPÍTULO 7: El traslado a Pânterford

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Mientras tanto, en Ârmanzor, la directora Jeans estaba mirando los archivos de los alumnos. Aunque adelantaron la temporada de gremios para poner fuera de peligro a los alumnos, tenía que mandar a los alumnos a las escuelas adecuadas según sus habilidades.

-Directora Jeans, ¿puedo pasar?- preguntó la profesora Hellen.
-Por supuesto, entra- afirmó la directora quitandose unas gafas dejándolas encima del escritorio.

La profesora Hellen entró en el despacho y se sentó en una silla, Hellen observó que había varios vasos de cartón con olor a café por todo el despacho, obviamente, se notaba que la directora llevaba días sin dormir debido a que estaba muy preocupada por el bienestar de sus alumnos.

-Jeans, todo va a salir bien, todo esto le está pasando factura- dijo la profesora muy preocupada por la salud de la directora Jeans.
-Es que...- sollozó- ya han asesinado a dos de mis alumnos, si la cosa sigue así cerrarán la escuela- la directora se derrumbó en el suelo y empezó a llorar.
-Directora, ya me ocupo yo del traslado de los alumnos a las escuelas participantes de la temporada de gremios, usted descanse- dijo la profesora Hellen levantando a la directora del suelo.

La directora simplemente asintió con la cabeza y se fue del despacho.
Hellen se encargó de trasladar a todos los alumnos de Ârmanzor a las 4 escuelas, aparte de Ârmanzor, que participan en la temporada de gremios:

•Luthenpark, Snaken Villes, Lauthendor y Pânterford

Dos días después la profesora Hellen tenía ya los formularios para el traslado temporal a las escuelas, había 4 aulas abiertas y cada una tenía un nombre grabado en una placa de oro, a Zaira y los demás fueron llamados a la aula que tenía grabado "Traslado a Pânterford"

En esa aula ellos eran los más jóvenes, todos eran de sexto curso para arriba debido al alto nivel que tenía Pânterford en los gremios, puede que Ârmanzor y Pânterford estén muy igualados pero cuando se trata de gremios, Pânterford es la escuela más dura de todo Zanfaria.

Rellenaron los formularios y les informaron que la escuela en la que se incribieron para la temporada les buscaría dentro de 3 días, Zaira y los demás pensaron que pasar tiempo en Pânterford les vendría bien para aprender técnicas para localizar al asesino.
Era la hora del almuerzo y todos los alumnos se dirigeron hacia la cafetería.

-¿Vosotros qué pensais sobre el traslado?- preguntó Naroa echandose espaguetis en la bandeja.
-Creo que es lo más lógico, hay un asesino suelto en la escuela, lo normal sería trasladar a sus alumnos- contestó Julián echando guacamole a su ensalada- y mucho han tardado en mi opinión.
-Pensadlo, esto nos puede servir para saber más o menos los objetivos del asesino- opinó Zaira- si nos trasladan podemos saber si el asesino va a por los alumnos o por la escuela en general- añadió sirviendose filete a la barbacoa.

Los chicos se sentaron en una de las mesas para comenzar a comer.

-Pues la verdad estoy de acuerdo con Zaira- opinó Vincent- a lo mejor va a por algún alumno de la escuela- se intrigó Vincent comiendose su hamburguesa de ternera.
-¿Por qué iría un asesino a por un alumno en específico? No es muy lógico- preguntó Naroa dudando de la posibilidad.
-Hay alumnos aquí que son de familias de gran fortuna- informó Julián- y aparte están los brujos, magos con la capacidad de ver a los muertos- añadió.
-Es verdad, muchos magos quieren erradicar a los brujos- afirmó Vincent.

Zaira debido a que mencionaron a los brujos se palideció, todos vieron la expresión de Zaira se sorprendieron y se preocuparon en parte.

-Zaira, ¿te pasa algo?- preguntó Naroa preocupada.
-No, nada, no me pasa nada- contestó Zaira con un tono tajante.

Naroa se preocupó mucho por su amiga, nunca la había visto poner esa expresión de preocupación en su cara.
Pasaron los tres días y vinieron varios carruajes con el logo de Pânterford a recoger a los alumnos, los alumnos destinados a Pânterford se montaron y se fueron. Durante el camino, Zaira empezó a escuchar susurros casi inintenglibles, decidió ignorarlos por el momento.

Pero todo empezó a llevar importancia por la noche, Zaira estaba en su cuarto y apareció una neblina en su cuarto y segundos después, un chico rubio de mediana estatura con consistencia translúcida se apareció en su habitación.

-Zaira, necesito hablar contigo, no tengo mucho tiempo- dijo el chico con una voz astral.
-¿Quién eres?- preguntó Zaira algo asustada.
-Soy Jonás Munson- respondió el chico.

Zaira palideció al oir su respuesta.

El secreto de la Escuela de magia ÂrmanzorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora