CAPÍTULO 11: La identidad del asesino

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Janisse y Zaira salieron del enorme arbusto y se dispusieron a seguir al asesino, entró por la puerta principal y se dirigió a los pasillos de las habitaciones estudiantiles.
Las habitaciones iban por orden alfabético, así que la de Zaira era la última, llegaron al final del pasillo y el asesino se llevó la sorpresa de que Zaira no se hallaba en su habitación.

-¡¿Cómo es que Zaira no está aquí?!- gritó el asesino muy alterado- tendré que ir a buscarla- añadió enfadado.

Se fue de la habitación de Zaira dando enormes zancadas, Janisse y Zaira corrieron para seguirle el paso.

-Se ve que está muy molesto- dijo Zaira algo asustada- ¿Cuánto tiempo falta para que el hechizo pierda efecto?- preguntó.
-Faltan 4 minutos, todavía queda algo de tiempo- contestó Janisse con un tono tranquilizador.

Mientras que seguían al asesino, Zaira se dio cuenta que el asesino entró en la habitación de Vincent, y entonces, Zaira se le heló la sangre.
El asesino abrió la puerta de la habitación, donde en su interior se hallaba un tenso Vincent muy preocupado por Zaira, cuando iba a beber un poco de agua se encontró a un hombre con la cara difusa.

-¿Eres el asesino que va tras Zaira?- preguntó Vincent con una expresión que mostraba un odio tremendo hacia ese hombre que tenía frente a sus ojos.
-Exáctamente- contestó el asesino- tu amiga no está en su habitación así que tendré que cogerte prestado para que venga- explicó el hombre.

El asesino cogió un pequeño frasco con un líquido de color violeta brillante que olía como un cadáver putrefacto, Vincent tuvo que taparse la nariz debido a la peste que emanaba el frasco, luego sacó una gasa blanca de su bolsillo, le echo un poco del líquido y se la puso a Vincent en la cara.

El muchacho sintió que iba perdiendo la consciencia hasta que cayó desmayado. El asesino se llevó a Vincent como si fuera un saco de patatas al patio de la escuela, lo ató a un árbol y empezó a gritar como un loco.

-¡Zaira, si dentro de 2 minutos no te muestras ante mí, tu amigo sufrirá una muerte horrible!- gritó el asesino- ¿No querrás que este chico muera por tu culpa?

Vincent recuperó la consciencia y obviamente sabía porque el asesino se lo ha llevado, pensaba usarlo de cebo para que Zaira se muestre.

-¡Zaira, no le hagas caso, no te preocupes por mí!- gritó Vincent.

Zaira se encontraba frente a ellos, estaba llorando debido a que había puesto a Vincent en esa situación por su culpa, por supuesto, ella no quería que Vincent muriera.

-Janisse, deshaz el hechizo, no quiero que Vincent pierda la vida por mi culpa- pidió Zaira, secándose las lágrimas.
-Lo siento, no pienso hacerlo- negó Janisse- ese asesino te va matar, pienso hacer otra cosa.

Janisse se quitó a ella del conjuro, y se mostró ante el asesino.
Pensaba engañarlo diciendo que era Zaira y así salvarla.

-Aqui estoy, asesino- dijo Janisse- mátame si quieres, pero libra a Vincent, no tiene nada que ver- añadió.
-Tú no eres Zaira, la reconocería fácilmente- dijo el asesino.
-¿Cómo sabes que no soy Zaira?- preguntó Janisse frustrada porque su plan había fallado.

El asesino se quitó el conjuro y por fin se le vio la cara, se parecía un montón a Zaira, llevaba un poco de barba y un peludo bigote y una mirada llena de odio en sus ojos verdes limas.
A Zaira se le palideció la cara nada más verlo.

-Eres Louis Wallet, el mejor ocultista del mundo- dijo Janisse reconociendo al hombre.
-Reconocería a mí hija nada más verla- contestó Louis.

A Vincent se le hervió la sangre y a la vez, sintió una gran pena hacia Zaira, que su propio padre quiera matarla, deberia ser un gran golpe para ella. Y lo era, ahora mismo estaba la chiquilla en el suelo llorando amargamente.

-¡¿Cómo puedes ser capaz de matar a tu propia hija?!- gritó Vincent.
-¡Cállate ya!- gritó Louis harto.

Louis abrió su libro de hechizos buscando una técnica, pasaba las páginas del enorme libro desesperadamente hasta que al ver lo que buscaba se le ilustró una sonrisa malvada, se aclaró la garganta y pronunció las siguientes palabras.

-Ahorca mágica- dijo con un tono malvado, señaló a Vincent- aniquila a ese muchacho.

Sin más dilación se vio a Vincent ahorcado en ese árbol.
Segundos después el hechizo de Janisse se desvaneció y Zaira ya era visible para el asesino.

-Hola, Zaira- dijo el asesino con una mirada terrorífica.

El secreto de la Escuela de magia ÂrmanzorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora