OCHO

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Caminar a su lado era divertido, sobre todo por la emoción de ver su cabello siendo alborotado por el viento, sentir sus hombros chocar por accidente, la arena de la playa entre sus dedos y, sobre todo, su parte favorita que se basa principalmente en que sus manos se rocen por apenas un segundo y fingir que ha sido un accidente.

Claro que con Alhaitham nada se pasa por alto, un roce no sería la excepción, por eso tan pronto como sucedió por tercera vez, él había sujetado la mano de Kaveh para después tomarla entre la suya. Mentiría si dijera que no quería apartarse por la cercanía tan extraña, pero sus planes fueron interrumpidos cuando Alhaitham los colocó a ambos dentro de la bolsa de su suéter, apenas había espacio allí adentro para ambos, pero lo hizo funcionar.

—Me molesta —dijo Kaveh con toda la intención de expresar lo que sentía.

—Si te suelto ahora, entonces no volverá a pasar de nuevo. Sopórtalo.

Sonaba fácil y en realidad no lo era, sobre todo cuando podía sentir la textura suave y tersa de Alhaitham bajo la yema de sus manos, quería acariciarla un poco y se sentía avergonzado por ello. Claro que no lucía como alguien que se esforzara en algo que no fuera académico, así que tenía mucho sentido que su piel fuera extremadamente suave, también pensó que su cabello podría ser igual de sedoso, tal vez algún día tenga la oportunidad de tocarlo.

—¿Tengo algo en el cabello? —le pregunto Alhaitham, apenas lo suficientemente audible como para sacarlo del gran trance. Kaveh estaba muy avergonzado de nuevo, probablemente había estado haciendo un gran hoyo en la cabeza de Alhaitham mientras lo miraba con sus ojos intrusos.

—Una cana, creo que ya estás envejeciendo.

Era verdad que Alhaitham ya estaba más viejo, hoy es su cumpleaños y le gusta la idea de poder molestarle con eso. Aunque ahora que lo piensa con detenimiento, todas las hebras de Alhaitham son grisáceas, entonces sus palabras no tuvieron sentido alguno.

Pero a su acompañante de caminata no parece importarle, en cambio, abre con inmensidad sus ojos y dice: —Deberías quitarla, ¿puedes hacerlo?

De repente siente que ha caído en una trampa porque ahora tiene a un Alhaitham inclinado hacia él, sus ojos mirándole fijamente y retándolo a acercarse si es que se atreve.

Podría insertar sus dedos entre el lío de cabello, tardarse un poco haciéndose el tonto y finalmente quitarse como si no hubiera hecho nada a propósito. Sería muy sencillo si no fuera porque él perdería. No hay que olvidar que su especialidad es contraatacar.

—La perdí de vista, puedes olvidarlo —dijo y enseguida se soltó del agarre para señalar un punto en la arena bajo sus pies descalzos—. Me gusta este lugar, tomemos el sol un rato.

Sabe lo que supone tomar el sol en un día sumamente caliente en la playa, lo había estado pensando antes de venir. Entonces, con todo el entusiasmo del mundo, sacó un gran bote de protector solar que apenas cabía entre sus manos. Empezó con el rostro, dando masajes circulares y suaves, esperando pacientemente a que pase lo que él sabe que va a pasar. Se tomó su tiempo y demoró más en los brazos de lo que creyó necesario.

—Yo también quiero un poco —escucho a Alhaitham acercarse después de un rato de acomodar varias cosas, Kaveh no lo miró de inmediato, sino que se entretuvo un poco balanceando el gran envase de una mano a otra.

—Puedes tener un poco —le dijo y extendió el producto hacia él, sin embargo, Alhaitham arrugo las cejas como si lo hubiera ofendido de la peor manera posible.

—Estoy demasiado cansado para tomarlo —después se recostó sobre el pecho, mostrando toda la longitud de su espalda en una obvia invitación. Kaveh sabía que él haría algo así, es Alhaitham después de todo, la persona más directa que conoce.

—Entonces lo guardaré si es que no lo necesitas —se levantó, dio dos pasos y escuchó un bufido de Alhaitham directo para él.

—Hazlo por mí esta vez, después yo lo haré por ti —aunque no podía ver el rostro del cumpleañero, sabía que probablemente estaba sonriendo mientras soltaba las palabras. 

Kaveh todavía no estaba lo suficientemente satisfecho, entonces decidió presionar más.

—¿Hacerlo por ti? —preguntó inocentemente—¿A qué te refieres? Podría enterrarte en la arena y hacer un gran castillo sobre tu cabeza y...

El cuerpo de Alhaitham se movió rápidamente para mirarlo, su camisa y short con un poco de arena sobre ellos.

—Protector solar, quiero que me pongas protector solar, no puedo hacerlo yo solo —dijo reacomodándose de nuevo y cerrando sus ojos para relajarse.

Sujetó el producto más fuerte de lo usual mientras aguantaba una sonrisa, Kaveh quería gritar: Lo sé, eres demasiado predecible, deberías dejar de ser tan cursi y dejar a mi corazón descansar un rato.

Se inclinó a un lado de él, todavía demasiado avergonzado como para acercarse más íntimamente. Removió el cabello de Alhaitham con el pretexto de despejar un poco la zona, y sí, era más suave que cualquier otra cosa que haya tocado antes. Colocó un poco de protector sobre sus dedos y empezó a expandirlo lo más rápido que podía para librarse lo más pronto posible de la situación.

—¿Es un intento de masaje? —pregunto Alhaitham, Kaveh se preguntaba lo mismo después de dar unas cuantas palmaditas sobre su espalda de forma inconsciente, solo porque había colocado más protector solar del que debía.

—Shhhh, me desconcentras —no admitió que había hecho un desastre sobre Alhaitham y, en su lugar, formó una carita feliz con su dedo antes de abandonar su espalda y decir: —. Terminé.

Estaba a punto de huir hacia las grandes olas cuando Alhaitham lo detuvo colocando su cuerpo frente al suyo.

—Todavía no terminamos.

Kaveh dio un paso hacia atrás, casi por acto de reflejo.

—Puedes alcanzar lo demás por ti mismo —le dijo.

—Tú no puedes, necesitas de mi ayuda.

—Ah.

Ah.

Sus pies quedaron inmóviles en la arena, incapaz de moverse o salir corriendo. Su cuerpo se dejó manipular siendo el traidor que es y en tan solo unos segundos ya estaba recostado mirando hacia el suelo caliente.

La sensación de alguien tocando su espalda era extraña, sobre todo cuando las manos de Alhaitham estaban demasiado frías y casi le dio un escalofrío por toda la columna. Sabía que probablemente Alhaitham se había dado cuanta de que estaba demasiado tenso, pero bastaron tan solo unas pocas palabras de él para calmarlo: —Puedes relajarte, seré suave.

Y por fin pudo dejarse llevar un poco por las sensaciones.

Conquistar a Kaveh || HaikavehDonde viven las historias. Descúbrelo ahora