Capitulo 5: Raphtalia

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Itadori apretó fuertemente el puño. Este entró en fuerte dilema moral... no podía, no quería dejar a esa pobre niña ahí sin embargo... la única manera de sacarla, era si la compraba y que esta se convierta en su esclava.

Otra vez, aquel bastardo lo había puesto en jaque, y esta vez de forma indirecta. ¿Que debía hacer? ¿Continuar con su camino y dejar a aquella pobre niña a su suerte?

...

"Yūji... eres un chico fuerte, así que... ayuda a las personas. No tiene que ser a todo el mundo, pero ayuda a quien puedas..."

"No termines como yo..."

...

Itadori tomaría un poco de aire, decidido y mentalizado por lo que estaba apunto de hacer.

—Señor héroe, le recomendaría que compre a este escla...

—Ella.

—¿Eh? —el traficante volteo a ver al pelirosa con duda.

—¿Cuanto cuesta ella? —pregunto Yūji de forma seria.

—Así que... ¿una semi-humana? —el hombre se acerco a la jaula —, aunque, estos no son aptos para el combate o el trabajo manual...

—No me interesa

—De todas formas. Este es uno de los esclavos más baratos que hay. Desde la izquierda hasta la...

—Levanta la cabeza —le pidió el pelirosa a la pequeña que mientras tenía otro ataque de tos. Miraria de reojo al muchacho.

—Esa medio mapache tiene un trastorno mental al igual que esta muy enferma —informó el sujeto de baja estatura —, me ha causado muchos problemas

La pequeña al ver bien a ambos se abrazo a si misma asustada.

—Su anterior dueño gustaba de torturarla ¿sabe? Dudo que le quede mucho tiempo...

Itadori apretó un poco los dientes al saber esa información, pero procedió a calmarse.

—Ya te lo dije. La quiero a ella —respondió serio.

La pequeña niña mapache solo lo vio aterrada al saber quien sería su nuevo dueño. Tenía miedo... miedo de que sea como el anterior...

.  .  .


En otra habitación, se encontraban Yūji y el esclavista con un pequeño plato en donde había tinta. Y al lado de esta, una pequeño cuchillo.

Un poco apartada de ambos, se encontraba la niña mapache resguardandose en una esquina.

—¿Es necesario hacer esto?

—Pues claro —responde el traficante sin cambiar su sonrisa —. Si no, no seria vendedor de esclavos. Sería vendedor de compañeros jejejeje...

Aquella risa irritó un poco al pelirosa que sin remedio, hizo un corte en su dedo pulgar. Para posteriormente, depositar las gotas de sangre en aquella tinta.

—Muy bien, empecemos —el esclavista tomo aquel utensilio para acercarse a la niña.

Apartando su mano de su pecho, se reveló que en este mismo llevaba una especie de tatuaje o marca. El traficante pasaría a dibujar con un pincel, un pequeño círculo en dicha marca.

Esto hizo que la semi-humana gimiera un poco debido al dolor —¡Ggghhkkk!!

—¡Oye! —Itadori frunció el ceño

—Tranquilo. El dolor desaparecerá pronto —comento el contrario con su permanente sonrisa —El emblema de esclavo que trae en su pecho, le hace imposible desafiarle

The Rising Of The Shield Sorcerer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora