Después de que su compañero Megumi Fushiguro sea poseído por el Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna.
Yūji Itadori y Kasumi Miwa son teletransportados a otro mundo por medio de un extraño libro...
¿Que es lo que les deparará a nuestros protagonista...
_ Soy tan... inutil _ un chico de cabello rosado, con varios cortes y dos cicatrices en su rostro; este se encontraba en posición fetal mientras sujetaba su cabello, recostado en algún lugar apartado de la Academia de Hechicería
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_ ¿Por que...? _ se pregunto decaido para después apoyar sus brazos sobre sus rodillas _ ¿Por que soy tan inútil...?
Unos pasos se escucharian acercándose hacia su dirección, hasta que al estar lo suficientemente cerca, estos pararían.
El pelirosa sentiría un gentil tacto sobre su cabello, para que después sea acariciado.
Levantando la mirada pudo vislumbrar a una chica de estatura un poco alta, de cabello celeste.
_ ¿Miwa...?
_ ¿Que sucede Itadori? _ pregunto la peliceleste con ligera preocupación.
_ Tu... no deberías preocuparte por mi... _ decia el pelirosa amargamente.
_ No me pidas que no lo haga _ respondió la chica para sentarse a su lado _ Somos amigos, ¿no?
Yūji asentiria levemente para después ocultar su cabeza en sus brazos.
Hacia algún tiempo que ambos se habían vuelto cercanos, mediante reuniones, fue que empezaron a charlar más seguido y terminaron encontrando algo en el otro que les agrado.
Siendo el pelirosa un gran apoyo emocional para la chica, ayudando como pueda en lo que ella se sentía insegura. Como por ejemplo, en su impotente sentimiento en querer ser más útil como para poder proteger a la gente que consideraba sus amigos...
Algo que Itadori admiraba de la chica era la capacidad de que a pesar de todo, ella un podía mantenerse firme y seguir sonriendo ante las adversidades, a diferencia de el... que si no fuera por su amigo, Aoi Todou, hubiera dejado que la maldición de grado especial, Mahito, acabase con su vida...
...
_ Miwa... _ Itadori hablaría en un tono apenas audible, para despues voltearle a ver _ Todo esto es mi culpa...
_ No lo es... _ dijo Miwa empatica acariciando su espalda _ No había forma de que hayas podido prevenir eso
Itadori nuevamente no volvería a responder decayendo un poco su afligida mirada, solo para despues sentir como su rostro era tomado por las manos de la chica.
_ Oye, recuerdo que Okkotsu mencionó que encontro un extraño libro de un jugador _ menciono la peliceleste con uan pequeña sonrisa haciendo que el pelirosa la mire _ ¿Que te parece ir a verlo? Al menos para despejarte un poco
Itadori miraria a Miwa indeciso, solo para después suspirar _ Esta bien _ dijo cediendo al esfuerzo de la chica por levantar su ánimo.
La chica ampliaría su sonrisa, para levantarse _ ¡Bien! _ y con ello le extendió la mano al chico
