¿Cuánto de la vida de Ajax es verdad?
Volcado en una red de mentiras que se entreteje más y más, volviéndose pesada y difícil de cargar.
¿Siempre fue asi?
— Ajax Sorokin, 28 años, residencia no establecida, su última dirección fue marcada como no disponible hace algunos años, estudió en la universidad de ingeniería de Osko, trabajó con una empresa de maquinaria médica hace unos años y no tiene a la actualidad ningún trabajo registrado, ni delitos y tampoco faltas o infracciones, es todo lo que hay de él en el sistema.
— Gracias Pavel.
— ¿Para qué necesitabas la información, Zhongli?
— Sólo un asunto de curiosidad sobre un nuevo conocido.
— Está bien Zhong, si necesitas algo me llamas.
— Cuídate Pavel, salúdame a Katherine.
— Cuídate también.
Zhongli cortó la llamada, una extraña curiosidad le invadía sobre Ajax.
¿Porqué mintió sobre su verdadero nombre?
¿Quién es Tartaglia?
Para un ex policía que dedicó casi la mitad de su vida a resolver crímenes y buscar evidencias, cualquier falta era motivo de sospecha.
Su interés por él era meramente físico, un juego de roles para disfrutar, sólo eso, al menos de momento.
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Las semanas pasaron y dejaron más mentiras dichas, entre medio de historias falsas y algunas farsas piadosas.
— Debo ir a Sandrone Corp el próximo fin de semana, quizás me quede un poco más de dos semanas. —Ajax se encontraba desayunando junto a Scara.
— ¿Porqué más tiempo? — detestaba las semanas que Ajax lo dejaba solo.
— Hace meses Sandrone lanzó una nueva máquina con el fin de mejorar el tiempo empaque de productos, lo malo es que la máquina al trabajar con mayor rapidez suele desgastarse de la misma forma, obviamente es un fallo de fabricación, Sandrone quiere que evalúe el problema con ella antes de que salga al mercado.
—Tendrá que pagarte más, pues está prácticamente solicitando una propuesta de mejora de la máquina.
— Así es, pero debo quedarme más tiempo por la misma razón, valorar mejoras o reconstrucción de la máquina y el tiempo de prueba.
— Al menos trata de buscar un lugar con buena recepción para que me llames. — Scara arrugó la frente y su nariz molesto mientras continuaba cuchareando su comida.
— Lo haré mi amor, ya sé que te pones más gruñón si no estoy.
Scara le dedicó una mirada furiosa y continuó comiendo su desayuno sin afán de intentar detenerlo.
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Ajax pasó dejando por la universidad a Scara y mintió sobre su siguiente destino, el gimnasio se había ido a un segundo plano, sus almuerzos y algunas tardes las pasaba con Zhongli, en su casa o en algún restaurante alejado, llevaban semanas conociéndose y descubriendo sus gustos y fetiches, lo agradable de cada uno.
Un asesino que empezaba a enamorarse de un policía, pero no de la manera convencional, no de la forma que ama a Scara, sino de una forma en la que sólo puede desafiarse a sí mismo un criminal.
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Ginger boy
RomanceY los dos fuimos las personas correctas en los momentos más equivocados. Víctimas del mismo amor, del mismo hombre.