CAPÍTULO VIII

6 3 1
                                    

La luz inundó el interior de la habitación. Un momento de desconcierto por parte de los que entrando a esta se encontraban fue suficiente para el primer movimiento de lo que allí se encontraba. Un espécimen muy duro de combatir estaba dentro, esperando por sus presas nuevas.

Este gnoll era un poco extraño. Medía menos de 2m de altura y su pelaje era blanquecino. Una cicatriz atravesaba su pecho de lado a lado, provocando que ese lugar estuviese desprovisto de pelo.

Un chaleco bastante rústico hecho con pieles de rata y una espada con el filo desgastado componían el equipamiento del monstruo adversario. Tal vez tuviera algún tipo de entrenamiento previo, pero Dante sabía que ese gnoll era lo más débil que esperaba dentro de esa mazmorra.

Desenvainó y avanzó hacia su enemigo. Con su espada en ambas manos apuntando al frente buscaba equilibrio y esperaba la más breve abertura. Sus ojos tenían un brillo fugaz y sus manos apretaban la empuñadura con deseos de matar.

El gnoll no perdió para nada el tiempo. Con su espada en una mano cargó contra Dante en un ataque frontal sin intenciones ocultas.

Un corte frontal, bloqueado totalmente por la espada del valiente Duelista. Una abertura fue el punto elegido por Dante para su corte, pero impactó de llano en el chaleco, el cual era más robusto de lo que parecía ser. La inercia del seco golpe desplazó al gnoll hacia atrás. Un poco atónito se quedó por el impacto. No pudo evadir el ataque que le seguía a ese.

-Ahora Mory- señaló Dante.
Morgana permanecía en la retaguardia. Estaba armada con la varita que antes habían encontrado. Está tenía muy buen aspecto: estaba hecha con apatita y lazurita lo bastante bien combinadas para dejar ver un patrón damasquino. El maná escapaba de esta vara, dando la sensación de que rogaba ser usada.

Morgana agitó la varita contra su enemigo. No sabía a que efectos conllevaría esa acción, pero fue lo primero que se le ocurrió y no tenía mucho tiempo para pensar.

Un rayo azul salió disparado de la punta de la vara y golpeó directamente el pecho de la criatura. Un pequeño empuje hacia atrás fue el único efecto aparente de la varita, pero no estaba más lejos de la verdad.

De todas partes del cuerpo del gnoll comenzó a brotar escarcha, ralentizando sus movimientos tenuemente. Pero lo suficiente para que Dante utilizará la habilidad especial de su arma.

#Rajar#
Habilidad especial de las espadas. Hace un ataque crítico con 100% de probabilidad de golpeo, pero gasta dos cargas del arma. Si Rajar mata al enemigo, el siguiente uso no consume cargas.
Cargas de la espada: Aumentan con el nivel de esta. Cargas máximas actuales: 3

Su ataque abrió el pecho de su enemigo, provocando un sangrado intenso. El terrible olor de la pútrida sangre de la bestia se mezcló con el olor a humedad de la mazmorra, creando un ambiente asqueroso en aquella habitación. El gnoll cayó de rodillas. Su alma escapó de aquel débil cuerpo, el cual ya no respondía a las órdenes.

Enfundó nuevamente su arma y una notificación llegó a su cerebro.

#FELICIDADES#
Has subido al nivel 5, tus estadísticas aumentan levemente.
Ahora puedes usar Espada Larga
Tienes un punto de talento para gastar, revisa tu ficha de aventurero.

Pero él no fue el único en recibir una notificación como esa, su aliada también recibió una.

#FELICIDADES#
Has subido al nivel 4, tus estadísticas aumentan levemente.
Has identificado con éxito tu Varita de Hielo.
Tienes puntos de talento para gastar, revisa tu ficha de aventurero.

Además de recibir una como esta.

#Varita de Hielo#
Una varita hecha por un artesano con gran experiencia. Está inscrita con runas encontradas en las cordilleras nevadas.
Está varita posee la habilidad de enfriar a su enemigo hasta congelarlo. Su efecto es más rápido si el enemigo está en contacto, directo o indirecto, con agua.
Daño: 2~7
Alcance: ~10m

-Dan, he subido de nivel- dijo con emoción.

-Ves, como se siente ser recompensada por el trabajo.

-Entiendo lo que me querías decir aquel día. Gracias por el consejo. Juro que seré útil en todo lo que pueda desde ahora.

-No me lo jures a mí, júratelo a ti misma- dijo Dante mientras tomaba su mano para descender por la escalera para bajar  al segundo sótano.

...

...

...

Mientras esté combate sucedía, había una persona en el piso número cuatro. Una persona que Dante y Morgana aún no conocían. Su chaqueta azul oscuro y su pantalón negro hacían resaltar su cabellera como el hueso. Demostrando un gran dominio de las espadas dobles iba reduciendo los números enemigos a gran velocidad. Mientras más enemigos mataba, más aparecían.

Luchaba contra todo tipo de enemigos. Gnolls, ratas de alcantarilla, goblins, incluso slimes. Estos enemigos parecían infinitos, todo hasta que sus números dejaron de aumentar. Los que aún peleaban contra él, salían huyendo despavoridos en cuanto apareció el nuevo ente de aquel salón. Un troll de unos dos metros y medio entró a la habitación destruyendo una de las paredes con su bestial fuerza. Portaba un mazo hecho de un antiguo tronco con lianas a su alrededor. Estaba desnudo, exponiendo su miembro viril en señal de imposición de respeto.

Rugió, intentando intimidar a su enemigo, pero este fue más inteligente.

Sacó su manto translúcido y lo colocó en su espalda. En un instante, ya era tan opaco como el ambiente que lo rodeaba.

El troll atacaba en lugares al azar, dando mazazos sin sentido, pero sin impactar nada. Rugió nuevamente, pero solo logró intimidar a un slime que miraba el combate desde la distancia. Levantó su mazo nuevamente. Las fuerzas lo abandonaron. Una sensación punzante atravesaba su espalda y corazón. Sus pupilas se tornaron grisáceas y sus rodillas flaquearon. La caída fue inevitable.

Tras él, estaba su enemigo. Portaba una de las espadas que habían atravesado su corazón desde la espalda. Limpió la mancha de sangre en la hoja y enfundó nuevamente.

La Gema de la CreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora