La Gema de la Creación

CAPITULO X

Su enemigo era bastante listo. Fue capaz de percibir el momento de duda en su presa y actuó en consecuencia. Estando enfrente del Duelista, mostró sus negruzcas fauces y sus retráctiles colmillos a modo de intimidación.

Dante permanecía sin cambios. El sudor inundaba su mente. Los pensamientos de esta se centraban en como evitar morir en esa situación tan peligrosa, pero su esperanza lo abandonó en cuánto pudo ver los huecos colmillos de la serpiente frente a él. Ya daba por perdida su vida.

Un proyectil de color blanco apareció de la nada. Destellaba blanquecinas partículas alrededor de su trayectoria, y proyectó aún más cuándo impactó en la serpiente.

El alargado y verde ser cayó desplomado en el húmedo suelo. El alma abandonó ese débil cascarón que la ataba al mundo de los mortales. Sus fauces se cerraron y sus pupilas se dilataron.

Dante quitó el cuerpo muerto de su atacante de encima de su cuerpo para descubrir que Morgana lo había salvado usando su Varita de Proyectiles Mágicos.

-Gracias por salvarme Mory.

-Recuerdo haberte dicho que no debes agradecer nada que haga por ti- refutó mientras guardaba su varita.
Dante se levantó y caminó hacia ella. Rodeó su espalda con su brazo y asió el cuerpo de su salvadora contra el suyo. Fundidos en un abrazo, el chico comentó.

-Espero que con esto alcance, ya que no me dejas agradecerte.

Morgana se sonrojaba levemente cada vez que Dante estaba demasiado cerca de ella, pero esta vez se había pasado del límite. La cara de la chica estaba cerca de parecer un pequeño tomate justo antes de voltearse deliberadamente.

<No puedo entenderlo. ¿Qué es lo que quiere en realidad?>

-Mory... ¿Pasa algo?- indagó ladeando la cabeza.

-Nada- respondió con un nerviosismo evidente -no te preocupes.

-Bueno. Si tú lo dices...

Un piso arriba, algo caminaba desordenadamente. Sus pisadas resonaban en toda la habitación en la que se encontraba. Las criaturas débiles intentaban escapar de él, pero eran aplastadas bruscamente con una colosal hacha. Las vísceras derramadas marcaban el lugar por donde pasaba el coloso humano con aquella chaqueta de cuero sin botones y ese cabello transparente.

Se centraba en aprovechar cada monstruo que se le cruzaba para aumentar su experiencia. Su cobriza hacha parecía bastante pesada, pero no era así. En realidad era liviana como un estoque. Esto permitía que Frantz pudiera moverla fácilmente aún después de sus pasados cuarenta años de edad.

<Menos mal que traje mi Hacha de Carga> pensó Frantz mientras atravesaba a un gnoll.

#Hacha de Carga#
Un hacha extremadamente liviana, hecha con un metal exótico del que solo se conoce su color cobrizo. Permite a su portador acumular la energía cinética sobrante del último ataque para liberarla en el siguiente.
Daño: 5~12         Daño cargado: 1~11

Un sagaz ataque llegó por su ancha espalda. Un par de garras se clavaron en  esta, desgarrando la chaqueta junto con la piel y carne. Volteó bruscamente y notó que se trataba de un gnoll de apariencia sospechosa. Su piel era más verde que la de sus compañeros y sus garras, un tanto más largas y afiladas, estaban desprovistas de alguna otra arma.

Caminaban entre los pasillos de la mazmorra. Un segundo piso les pareció bastante fácil, haciendo deliberadas pausas para descansar y, cuando el hambre acechaba, comer. Algunas serpientes más aparecieron en su camino, pero ya se había vuelto sencillo para ellos el hecho de matarlas, y más aún con el uso de la técnica de "golpea y huye".

Básicamente, uno llamaba la atención de la serpiente, mientras el otro permanecía escondido y atacaba en la menor oportunidad que se le presentaba. De pronto, a Morgana le apareció una notificación.

#FELICIDADES#
Has subido al nivel 6. Te sientes un poco más fuerte ahora, sin dudas. Tal vez lo seas, tal vez no. Tienes derecho a escoger una nueva habilidad. Elige la que más te guste de estas dos:
1) Aura Debilitante: Provocas debilidad a cualquiera que reconozcas como enemigo en un área que aumenta con el nivel, en este momento el área tiene 6m de radio.
2) Aura Revitalizante: Disparas tu aura a un aliado, curando sus heridas y eliminando un estado maligno de su cuerpo. Mientras más nivel tenga el usuario, más PS cura.

<No debo pensarlo mucho>
<Elijo la número uno>

-¿Qué haces ahí parada? ¿Pasa algo Mory?- preguntó Dante.

-No pasa nada. Estoy bien Dan- dijo mirándolo a los ojos mientras sonreía con dulzura.

-Está bien- comentó arqueando la ceja -sigamos.

Un momento después, al fin encontraron la sala de descenso al tercer piso.

...

...

...

Mientras tanto, ya en el quinto piso, aquel hombre de apariencia siniestra yacía oculto entre las sombras. Su manto translúcido lo ayudaba bastante con eso.

Caminaba cautelosamente. Revisaba cada paso que daba con ojos vivaces. Una mano siempre estaba en el mango de alguna espada que en sus fundas descansaban placenteramente. Miraba cada pasillo, cada pared, cada habitación. Todo era muy extraño. No había ningún enemigo, ningún monstruo, ningún humano, nada, además de él mismo. Todo fue hasta que abrió una puerta.

La escasa luz del pasillo se filtraba suavemente a través de la puerta abierta. Una habitación sombría los esperaba. El suelo estaba recubierto por una espesa capa de agua, aún más turbia que la de pisos superiores. Una sustancia viscosa y negruzca manchaba las paredes hasta la mitad de su altura. El brillo de la puerta permitió ver a un ente, tan perturbador y putrefacto como la misma mazmorra.