Capítulo 9

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El trabajo tenía que dar inicio, ya que todos habían tenido un merecido descanso, por fin se reunieron para comenzar con su primer trabajo. Conway llamo a todos a la sala donde antes habían estado, tenía preparado sobre la mesa móviles, dinero, armas, entre otras cosas; había estado toda la noche preparando lo necesario para que su equipo estuviera lo mejor dispuestos posibles para lo que estaba por venir. Espero paciente y uno por uno comenzó a llegar, Gustabo fue el último, lo observó sigilosamente, notando los golpes que habían en su rostro, aún sentía rabia por lo que había sucedido ayer.

—Buen día nenas, espero que estéis bien descansados, porque a partir de ahora, no habrá tiempo para hacerlo.

Castro suspiro y se ahorro demasiado discurso. —Bien, en la mesa podéis encontrar un teléfono móvil para cada quien, una radio que tendrán sintonizada en la frecuencia 16. 02, un arma de bajo calibre que llevarán con vosotros siempre, dinero solo para misiones y algunos documentos con antecedentes de posibles implicados en ellas. ¿Necesitáis algo más? ¿Preguntas?

Cada uno comenzó a tomar uno de cada cosa. Freddy cargo su arma y la observo. —He si, ¿Por qué la pistola de juguete?

—¿En serio preguntas? No os daremos una puta pistola de mayor calibre. —Respondió Conway.

Isidoro bufo. —¿Cómo se supone que trabajemos si nos reprimen de nuestro potencial? Está arma es una puta mierda, no alcanza ni siquiera velocidad y alcance.

Gustabo guardo el móvil en su bolsillo, tomo el dinero y luego miro el arma, la inspeccionó atento y se encogió de hombros. —Me sirve.

Lo miraron atentos, ignorando un par de segundos después. Conway suspiro y peleó con los demás, era un riesgo darles un arma personal que fuera aún más letal, la CIA había sido muy estricto con él, dándole indicaciones de que ninguno de ellos podía tener bajo su poder personal un arma a excepción de los operativos en campo y riesgo, sabía perfectamente que privarlos de sus habilidades no era recomendable, pero conocía el expediente de cada uno de ellos y sabía, que incluso si les daba una cuchara, podrían acabar matando a más de una persona.

—Dejad de lloriquear y prestad atención. La policía es una puta mierda y no pueden ingresar al barrio de ninguno de estos gilipollas sin antes tener evidencia veridica de que trafican con mierda, aquí es cuando entramos nosotros; tenemos orden directa, pero no podemos actuar de inmediato, necesitamos encontrarlos en movidas.

—Estamos haciendo lo mismo que la puta policía pavo, entremos de una a sus casas y los dejamos como colador.

—No es tan fácil, cuando un altercado así sucede con una banda, las demás se unen para buscar a los responsables porque saben que ellos serán los siguientes. Sucedió con mi barrio hace años. —Respondió Isidoro.

—Yo conozco a alguien que puede ayudarnos. —Propuso Gustabo.

—¿El calavera? —Insistió Conway. Cruzándose de brazos para mirarlo tras sus gafas.

—No realmente, es un viejo amigo, el tenía demasiada información sobre algunos traficantes de droga y conocía a los menores intermediarios que se asentaban en los barrios bajos.

—Pues de puta madre, ¿Cómo contactamos con él? —Freddy se cruzó de brazos, viendo disimuladamente a Conway, quien por juzgar por su silencio, no estaba muy de acuerdo.

—Quizá pueda ir al lugar donde vivía con su familia, realmente no se si él siga habitando ahí.

Todos miraron a Conway cuando comenzó a reír por lo alto. —¿De verdad que crees que te dejaré ir? De todos los que estamos aquí, eres en quien menos confío.

Nivel 7  | FREDDYTABO | FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora