Con su nuevo compañero, lo primero que hicieron fue ir a descansar a un hotel, ya que Castro e Isidoro lo habían pedido sin cansancio, Conway no pudo negarse, no había podido dormir adecuadamente, pero al menos había descansado un poco en un suave y cómodo colchón. El día siguiente se prepararon para un vuelo más largo, pues ahora tendrían que viajar a Brasil por el nuevo recluta, ya iban tarde, pues Isidoro había elegido la comodidad de la cama antes que su trabajo y después de muchos gritos por parte de Conway, finalmente salieron rumbo al aeropuerto en donde su avión ya los esperaba.
La CIA se había comportado generosa y les proporciono un vuelo privado, era lo mejor ya que el vuelo sería más largo y cansado. Ya en el avión, Conway comenzó a repasar los documentos del próximo compañero, tenía que estudiar con quién trataría.
-Oye, aún no me has dicho tu nombre, ¿Como se supone que trabaje con alguien que no conozco?-Irrumpio Isidoro desde su asiento.
-¿Por qué no te callas la puta boca?
Isidoro soltó una risotada y ahora se dirigió a Castro. -Oye Castro, ¿Cómo se llama Don amargado?
La pelirroja sonrió divertida. -Jack Conway.
-Hostia, yo me esperaba un nombre más serio. ¿Al menos podemos ir de turismo? Tío que vamos a Brasil, las chicas brasileñas son hermosas, altas, piel bronceada y bailan de puta madre.
Conway inhaló y exhaló, estaba por arrepentirse de haberlo sacado de ahí. -No estamos de vacaciones imbécil, lo único que verás es una puta carcel de nuevo y a muchos tíos peligrosos que te cortarían la puta lengua si te escuchan.
-¡No les tengo miedo! Soy el puto amo, dame una navaja y pincho a todos de una.
-Quiero que digas eso cuando tengas a tu nuevo compañero de frente, anormal.
El tiempo se estaba yendo rápido, gracias a las ocurrencias de Isidoro, por suerte se había dormido las últimas horas de vuelo y eso había sido paz auditiva para Conway. Mientras esperaba por el aterrizaje, cerro los ojos un momento y pensó en todo lo que estaba ocurriendo, solo quería ver a sus hijos, necesitaba confirmar su bienestar y para ello, debía trabajar cautelosamente aparte, la imagen de su mujer llegó a su mente, aún seguía extrañandola, pero también la odiaba en silencio, lo único que supo de ella, fue que prefirió a otra persona antes que sus hijos y aquello, le brindo mucha, pero mucha intranquilidad.
[...]
El avión hizo su aterrizaje, debido al número de horas, se les había ido medio día y ya era de noche en dónde se encontraban, un auto los estaba esperando y subieron de inmediato para dirigirse al penal donde tendrían su nueva visita, nunca había viajado y era extraño pensar la razón por la que lo hacía, trato de no pensar en ello y se centro en su objetivo, algo le decía que esto si sería complicado. Al llegar al lugar, pasaron por un pequeño filtro de seguridad, el lugar era más estricto que el anterior; les permitieron pasar y durante su visita, les dieron pequeñas instrucciones.
-Atacaba y mató a más de un guardia, la última vez fue la semana pasada, se le castigo con bosal y encadenamiento de manos, pies y cuello.
-¿Y para qué un puto bosal?
-Pues vera. . . ¿Le han arrancado la parte de una oreja con los dientes?
-Joder, menudo maniático de mierda.
Con esa minúscula información, se dió una idea con lo que estaba apunto de tratar, llegaron a la celda y le pidió a sus compañeros que lo dejarán entrar solo, ordenó que abrieran y espero pacientemente, se aseguró de llevar su arma y le indico a los guardias que cerrarán y que le entregarán las llaves de los grilletes, estos estaban indecisos, pero finalmente accedieron. El interior de la celda era grande, un hombre de rodillas, con una extraña coraza de cadenas que unían los tobillos, las muñecas y el cuello lo retenían y tal como dijeron los guardias, llevaba un bosal, podía escuchar su errática respiración y al toparse con sus ojos, noto el desespero en ellos.
-Igual que a un puto perro. No te atrevas a hacer algo, porque a diferencia de los de allá afuera, yo si tengo cojones para inflarte a hostias.- Conway se acercó y retiro el bosal, notando el rostro húmedo del pelinegro, debido al sudor que había conservador.
-¿Q-Quién coño eres?. . . -Preguntó con la respiración entre cortada, aquel bosal no le había permitido respirar adecuadamente.
-¿Ahora mismo? Tu puta salvación.
Soltó una carcajada. -Hombre, yo no recordaba a Jesús tan viejo.
Conway aprovecho la cercanía para abrir los grilletes de los pies, manos y por último el del cuello, su adverso lo observó con los ojos entrecerrados confundido, parecía una broma de mal gusto. Cuando Conway se alejó, retiro todo ese metal pesado de encima suyo y cayó cansado al suelo, el cuerpo entero le hormigueaba, aquella sensación de libertad había sido la mejor en años, intento reincorporarse y solo pudo descansar sentado en el suelo, recargando su espalda en la fría pared de concreto.
-Ya enserio pavo, ¿Quién cojones eres? ¿Por qué tanta amabilidad? ¿Es mi cumpleaños?
-Tengo órdenes para llevarte y que formes parte de un equipo de la CIA.
-Nos acabamos de conocer y ya me estás vacilando.
-No me tomes por un puto bufón, Trucazo.
Al escuchar su nombre, supo de inmediato que se trataba de un asunto importante y aquello, solo lo enfado más.-¿Y qué esperas de mi? Me sorprende que aún existan hijos de puta que esperen algo a cambio de mi, ellos me convirtieron en esto y ellos me metieron aquí cuando fui puta mierda para ellos, ¿Me entiendes? No sé quién eres, cuál es tu propósito, pero si te sirve de consejo, sal de ahí antes de que te arruinen la vida.
Conway sonrió. -¿Y tú te piensas que no lo han hecho ya? No estoy aquí solo para armar un equipo de mierda y cumplir sus órdenes, se que cada uno de nosotros, tenemos un objetivo fuera de la puta carcel, yo salí hace tres días y créeme, vale la pena volver a respirar.
Freddy suspiro y recargo su cabeza en el muro. -¿Y si me niego?
-Sigue contando tus días aquí.
Freddy cerro los ojos por un momento, en realidad nunca había contado sus días ahí, solamente esperaba pacientemente por la esperanza de morir algún día, aunque cada vez se viera más alejada esa posibilidad, nunca dejo de creer en ello. Las palabras de ese extraño resonaron por en su mente "Tenemos un objetivo fuera. . ." Y era verdad, el aún tenía que encontrar al responsable de la muerte de su esposa, no podía confiar en este nuevo compañero, pero el nunca pidió permiso y tampoco fue alguien demasiado correcto.
-¿Cuál es la paga?
-Tu libertad.
-Con que eso, ¿Sabes que te están mintiendo?
-Lo sé, ¿Quien te crees que soy? Pero ya se nos ocurrirá algo.
-Ya suenas como mi compañero y aún no te he dicho que si.
Soltó un suspiro y camino hacia la puerta. -Anda ya, este sitio me enferma.
Conway salió de la celda y Freddy se asombro por el poder de convencimiento de ese hombre, le vendría bien trabajar con él, pero también, debía llevárselo como un enemigo más, porque en cuanto pisará el exterior, debía ser más cauteloso que nunca. Se puso de pie y aún sin poder creerlo, estaba caminando más de 1 metro y sintiendo que todo cambiaba cuando abandonaba ese maldito sitio que siempre odiaría, todos los guardias evitaban mirarlo y agachaban la cabeza, otros se hacían los valientes y el, solo podía seguir a su nuevo compañero por el largo pasillo que lo llevaría a su libertad.
Quise subir este porque no podía dormir y porque quería decirles que agradezco su apoyo. ❤️
Remin
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Nivel 7 | FREDDYTABO | FINALIZADO
Fanfic-𝑪𝒓𝒆á𝒊𝒔 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 os 𝒒𝒖𝒆𝒋á𝒊𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒇𝒐𝒍𝒍𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒖𝒕𝒐 𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒎𝒂. . . Un grupo de cinco, adiestrados y manipulados para crear verdaderas bestias y un único error que siempre temieron, verlos �...