Si hubiera algo que nadie podría olvidar, sería el primer amor y en su caso, no era la excepción. Cuando tuvo ante sus ojos a ese hombre por el cual había dejado todo, su corazón regreso al pasado, cuando lo amaba profundamente, sus ojos siempre fueron su distintivo y siempre los adoro, Toni Gambino había regresado después de años, con ese porte elegante que nunca dejo de utilizar y esa expresión apaciguada. Alto, levemente bronceado y atractivo, el hombre italiano perfecto.
— Ciao amore mio.
Gustabo entrecerró los ojos. — Tu llamándome así, que descaro, spaghetti de mierda.
— ¿Podrías dejar de llamarme así?
— Ya estás llorando, ¿Qué haces aquí?
— No puedo decirte, te he visto y no pude evitar seguirte.
— Vaya, tu siguiéndome, que extraño.
Toni suspiro. — ¿Por qué esa actitud de mierda? Me hablas como si te hubiese maldecido o tratado como peste.
— Hubiera preferido eso. . . Pero en cambio, me entregaste para que me encerraran en un puto psiquiátrico. Vete a la mierda, lo que hagas aquí me importa una polla, espero no tener el disgusto de volver a verte.
Gustabo se puso de pie y salió rápidamente de la iglesia, ahora entendía el presentimiento, no se trataba del lugar, sino de una puta persona. Sus pisadas eran fuertes en la acera y sus cejas fruncidas dejaban ver el evidente desagrado que sentía, detrás de él, Toni salió apresuradamente y lo detuvo tomándolo de la muñeca, habían pasado los años y nunca había podido olvidar a Gustabo, admitía que cometió un error, pero todo tenía una explicación.
— ¡¿Ahora qué?! Fui muy claro ahí adentro.
— No me dejaste explicarme. Gustabo, si te entregué fue para proteger a mi hermano y ambos sabemos que lo necesitabas.
— Tu hermano y tú me pueden comer los huevos.
— ¡Gustabo! ¿Por qué siempre tiene que ser así? Nunca podemos llegar a un acuerdo por tu actitud de mierda, siempre terminamos así.
— Ya deberías estar acostumbrado. Adiós.
Se alejó de él como pudo, tenía que buscar a Freddy y no quería que lo viera con el italiano, quien no se había movido de su lugar, soltó un suspiro y empezó a caminar en dirección donde el pelinegro se había ido.
— Oye.
Gruñó enfadado, girando para verlo. — ¿Qué?
— Voy a por ti.
— Ya lo veremos Gambino, te estaré esperando y no precisamente con los brazos cruzados.
Volvió a retomar su camino, el pecho le dolía ante el increíble aguante que tuvo para no estallar ahí mismo, sus piernas se movían por si solas, ni siquiera sabía si Freddy estaría ahí, pero lo único que necesitaba era alejarse para no volver a ver más a ese hombre, no entendía que hacía allí y cuál era su propósito, pero estaba seguro que no era para volver a su lado, porque ese hombre y él a pesar de haberse querido tanto, siempre tuvieron problemas para congeniar en muchas situaciones y una de ellas, era que el italiano era fiel a su familia y estaba sobre todos, incluyéndolo. Mientras el había abandonado su vida en US y al lado de su hermano por seguirlo.
Resopló frustrado, quería regresar y matarlo, siempre fue su tormento, una obsesión que nunca pudo controlar cuando lo conoció por primera vez y ahora regresaba, pero está vez, no amándolo, sino odiándolo.
Eres blando, te faltan huevos para matarlo.
—Ahora tu, cállate por favor, estamos en la puta calle.
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Nivel 7 | FREDDYTABO | FINALIZADO
Fanfic-𝑪𝒓𝒆á𝒊𝒔 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒖𝒆𝒈𝒐 os 𝒒𝒖𝒆𝒋á𝒊𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒇𝒐𝒍𝒍𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒖𝒕𝒐 𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒎𝒂. . . Un grupo de cinco, adiestrados y manipulados para crear verdaderas bestias y un único error que siempre temieron, verlos �...