Nivel 7 | FREDDYTABO | FINALIZADO

Capítulo 25

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En el momento que Gustabo comenzó a sonreír divirtiéndose con su reacción, entendió que estaba permitiendo que está vez se acercara a ponerlo a prueba. Su mano se movió rápidamente y apretó el cuello delgado del otro, su mano resbalaba por el agua que caía de su cabello, se notaba el frío que sentía, quería salir y secarse, vestir algo cálido o beber cosas calientes para recuperar su temperatura, pero el rubio tenía razón, el era muy hijo de puta.

Gustabo abrió la boca intentando tomar algo de aire, enterró sus uñas en la muñeca de Freddy, sus ojos azules lo miraron fijamente, ¿En serio lo había cabreado tanto saber de su viejo amorío? Ese hombre lo impresionaba, ahora entendía porque no podía dejar de pensarlo y necesitarlo, no era el mismo sentimiento que una vez tuvo hacia el Gambino, era algo más raro y fuerte que juraría que era inexplicable.

—Matemos a la rata italiana.

Gustabo asintió como repuesta, ganándose su libertad para poder respirar, tosió un par de veces y jadeo intentando recuperar el aire que le hacía falta. Ambos se miraron e inconscientemente sus ojos se posaron en los labios del otro, Freddy no era paciente y se lanzó a buscarlos, besarlos y morderlos, al rubio le costó seguir su ritmo, pero no se quedó atrás y beso con la misma desesperación al otro, dando paso a sus lenguas para hacerlo aún más intenso.

Freddy quería tocar a Gustabo, necesitaba hacerlo y aún sin deshacer ese beso, metió su mano por debajo de la camisa mojada del rubio, tocando su vientre, su abdomen y luego subir a su pecho para apretar sus pezones, en respuesta obtuvo un jadeo ahogado. El beso se rompió y unieron sus alientos en respiraciones agitadas, los dedos del pelinegro se detuvieron en el inicio de los pantalones del rubio, quien le dió total libertad de hacerlo, acomodándose en la tina, ahora con mejor acceso, deslizó su mano y se detuvo cuando tocó la viralidad ajena.

Gustabo entrecerro los ojos, quería ver si Freddy había perdido el miedo a tocarlo, aún parecía dudoso y su inexperiencia lo estaba matando de nerviosismo, para ayudarle un poco, el mismo opto por quitarse los pantalones, que ya le habían comenzado a incomodar por lo mojado que estaban. Tomo la mano de Freddy y logro captar su atención.

— ¿Cuál es tu intención?

— Probar en dónde tengo que ponerlo.

— Eres gilipollas, ¿Y si yo lo pongo en ti?

— En tus putos sueños dejaría que lo hicieras.

— Entonces deja de ser tan cobarde y tocame, es tu última oportunidad o me voy.

Freddy trago saliva e intento procesar lo que ocurría, tomo en su mano el miembro del rubio para masajearlo lentamente, probando que reacciones ocasionaban en su adverso, lo miro de reojo, había ganado un sonrojo y un suspiro, pero quería más. Bajo sus dedos entre sus glúteos y tanteo esa zona para buscar entrar, ambos se miraron, Gustabo no protesto, a cambio le ayudo acomodándose para dejarle libertad, se puso cómodo apoyando sus antebrazos en los bordes de la tina y separar sus piernas.

Freddy sintió una extraña oleada de excitación cuando sus miradas chocaron de esa manera y su dedo encontró su objetivo, deslizándose lentamente hasta entrar por completo, algo cohibido bajo la mirada y aquella imagen le erizo los vellos, no era complicado leer a Gustabo, pues estaba disfrutando de aquello y no dudo en meter un segundo dedo y está vez comenzar a moverlos en su interior.

Gustabo recargo su cabeza en la tina y sin poder resistirlo, dejo escapar suaves jadeos cuando su centro comenzó a ser estimulado, había pasado tiempo desde la última vez que tuvo sexo estando conciente y había olvidado lo bien que podía sentirse, Freddy era increíble con sus dedos moviéndose dentro de él, "Maldito mujeriego" pensó; empujó sus caderas hacia arriba, su cuerpo tembló ligeramente en espasmos, sostuvo el antebrazo del contrario y movió su cuerpo buscando más de esas pequeñas penetraciones.