CAPÍTULO 10

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Era una tarde otoñal y fría en Nueva York, con hojas de colores vivos crujientes bajo los pies de los transeúntes

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Era una tarde otoñal y fría en Nueva York, con hojas de colores vivos crujientes bajo los pies de los transeúntes.

En el apartamento de los Walker, cada rincón evocaba recuerdos y momentos compartidos. Las paredes estaban decoradas con fotos de sus visitas a parques y museos de la ciudad, y la estantería estaba llena de novelas de misterio y libros de historia, reflejando las pasiones de Anthony y Stella, los padres. A pesar de sus carreras demandantes, siempre se habían esforzado por crear un hogar lleno de amor y aprendizaje para Dianne, quien ya mostraba un interés temprano por los acertijos y juegos de lógica, un legado de las noches familiares de juegos.

En el acogedor ambiente del apartamento, la familia Walker se disponía a disfrutar de una cálida cena. La cocina estaba llena de aromas a tomillo y romero mientras Stella, la madre, finalizaba un asado de pollo. Anthony, su esposo, preparaba la mesa, colocando cuidadosamente las servilletas junto a cada plato. Dianne, su hija de ocho años, dibujaba en la sala, inmersa en un mundo de colores y formas.

Mientras se sentaban a cenar, la conversación fluía tan naturalmente como el vino en las copas de los adultos. Hablaban sobre el colegio de Dianne, sus recientes aventuras en el parque y los pequeños planes que tenían para la semana siguiente.

-¿Qué les parece si mañana hacemos galletas juntos? Podríamos probar esa nueva receta de galletas de chocolate -dijo Stella con una sonrisa.

-Eso suena delicioso -exclamó Anthony, levantando la vista del libro-. Además, siempre es más divertido cuando cocinamos todos juntos- Aunque el padre no estaba acostumbrado a un ambiente familiar, realmente intentaba no darle ese mismo ejemplo a su hija.

-¡Sí, sí! ¿Puedo ponerles chispas de colores y mucho chocolate? -preguntó la niña.

Claro- exclamó el padre, mientras reía por el entusiasmo de la niña- el secreto está en la cantidad de chocolate. ¿Qué te parece si después de hacer las galletas vemos una película todos juntos?

-Me parece una excelente idea-replicó Stella- Una tarde de galletas y películas. Perfecto para un domingo.

La cena transcurrió en un ambiente cálido y acogedor, mientras las risas y las conversaciones llenaban el aire, creando recuerdos inolvidables entre la familia. Después de tener sus panzas llenas y la media noche había comenzado la madre mandó a la niña a lavar sus dientes.

-Cariño, ya terminaste de cenar. ¿Puedes ir a lavarte los dientes, por favor? -dijo Stella.

-¡Pero mamá, quiero seguir un poco más con papá!-protestó la niña.

Lover, you should've Come Over. || Criminal Minds || Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora