CAPÍTULO 18

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La tomé de la mano con suavidad, sin previo aviso, como si hubiera estado esperando ese momento durante siglos

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La tomé de la mano con suavidad, sin previo aviso, como si hubiera estado esperando ese momento durante siglos. No podía resistir el impulso de sentirla cerca, de estrechar la distancia entre nosotros. Para mi alivio, ella no se sorprendió ni se sintió incómoda. En cambio, lanzó una rápida mirada de reojo y respondió con un apretón suave, una especie de código silencioso que decía "Estoy de acuerdo". Seguimos caminando, nuestras manos aún entrelazadas, como si eso fuera lo más natural del mundo.

-Mi parte favorita de este museo es el vivario de mariposas -dijo, retomando la conversación que habíamos dejado atrás.

Nos condujo hacia un rincón del museo donde apenas cabían unas pocas personas. El lugar estaba lleno de plantas y flores, con luces blancas colgando del techo y mariposas revoloteando por todas partes. La atmósfera era cálida y húmeda, como si estuviéramos en algún rincón tropical, lo que claramente beneficiaba a las mariposas que llenaban el espacio.

-Aquí convives con más de mil mariposas a la vez-dijo ella, su voz mezclando admiración y ternura.- Es imposible no maravillarse con sus colores, con la diversidad de sus formas. Hay más de ochenta especies aquí.

-Es realmente fascinante- respondí, sintiendo cómo la magia del momento se intensificaba.- ¿Crees que podamos acercarnos a las lupas? Me gustaría ver alguna de cerca.

-Claro- asintió, y sin soltarme la mano, nos acercamos al lugar donde las mariposas se posaban delicadamente sobre trozos de fruta. Mientras observábamos, sentí que cada detalle de ese momento, cada mariposa, cada respiración compartida, era un pequeño milagro que no quería olvidar nunca.

-Obsérvala bien, esta especie es un Lepidóptero, aunque quizás la conozcas mejor como una mariposa Morpho -comenté, soltando su mano sin darme cuenta mientras me sumergía en la explicación. Señalé una mariposa que revoloteaba cerca.- ¿Ves ese color azul metálico? -le pregunté. Ella asintió, fascinada.- Eso significa que es un macho; las hembras suelen ser marrones o amarillas. Estas mariposas habitan en zonas boscosas y pueden llegar a tener hasta 20 centímetros de envergadura. Siempre me ha desconcertado cómo una criatura tan hermosa puede ser tan solitaria. Y pensar que hoy en día las utilizan para fabricar joyas... Es aterrador.

Ella me escuchaba con total atención, y cuando me enderecé, nuestros ojos se encontraron. Sentí un pequeño golpe de nerviosismo.

-¿Estoy siendo molesto? -le pregunté, temiendo haber hablado demasiado.

-Para nada, me encanta que hables y te pierdas en tus explicaciones -respondió, su voz cálida y tranquilizadora.- De hecho, te voy a contar un secreto: si nos quedamos quietos durante unos minutos, apuesto a que una de estas mariposas se posará sobre nosotros. -Con una sonrisa juguetona, se puso en una posición formal, sin parpadear, como si estuviera concentrada en no reírse por cualquier mueca que pudiera estar haciendo.

Lover, you should've Come Over. || Criminal Minds || Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora