𝟐𝟑 . 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎

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Aquí estábamos de regreso dentro de las blancas y acondicionadas paredes del hospital, miré el reloj en la pared observando que ya ha transcurrido una hora desde que llegamos, solté un pesado suspiro en el aire para luego dedicarle una última mira...

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Aquí estábamos de regreso dentro de las blancas y acondicionadas paredes del hospital, miré el reloj en la pared observando que ya ha transcurrido una hora desde que llegamos, solté un pesado suspiro en el aire para luego dedicarle una última mirada momentánea al adormilado pelinegro y me levanté del asiento.

──Chicos, iré a la tienda de conveniencia a la vuelta de la esquina, ¿Qué les gustaría comer? ──Pregunté a los tres masculinos sentados en el sofá pues ya había pasado el momento del almuerzo hace horas, salimos apresurados dejando la despensa sin organizar y el sol ya se comenzaba a esconder por el horizonte. Supuse que debían estar hambrientos.

──Estamos bien así Nawoon, no hay necesidad de que te preocupes por nosotros ──Habló Chan moviendo sus manos en señal de negación.

──Iba a decir que yo quería tteokbokki, pero luego de escuchar a Chan me siento un insensible ──Comentó Changbin rascando su nuca, yo reí ante sus palabras y el mayor cubrió su rostro con su mano cansado de las ocurrencias del más bajito.

──Tranquilo Chan, ustedes ahora son una nueva familia para mí y por supuesto que me preocuparé si es necesario ──Respondí a lo que el susodicho sonrió conmovido ──Entonces tteokbokki para Binnie, ¿Y para ti y Félix? ──Pregunté observando a los dos Australianos.

──Lo dejo a tu elección ──Respondió Bang, suspiré accediendo.

──Yo te acompañaré ──Habló Félix poniéndose de pie ──Ni creas que dejaré ir a mi mejor amiga y hermana sola por ahí.

Reí al escuchar esas graciosas pero al mismo tiempo, conmovedoras palabras por parte del rubio de pecas.

──De acuerdo. Los dejo a cargo del bello durmiente ──Mencioné a los dos fortachones, ellos asistieron con la cabeza.

Tomé rumbo a la tienda en compañía de Lee, al cabo de unos minutos llegamos a nuestro destino, entramos y comenzamos a recorrer los pasillos llenos de varios artículos. Mi canasta se llenó con tteokbokki, ramen de diferentes tipos, bolas de arroz, kimbap, y unas cuantas gaseosas.

──¿Te parece que esto es adecuado para una cena? ──Cuestionó mi mejor amigo al ver la canasta llena de cosas al azar.

──Habla el que come brownies, tanghulu y pollo frito en todo momento del día ──Contraataque burlesca.

Acabé de seleccionar los productos necesarios, fuí a la caja registradora dónde se desató una pelea entre Félix y yo gracias a que él se ofreció a pagar por todo cuándo la de la idea fuí yo, así que debía hacerme cargo por las cosas. En conclusión, terminamos llegando a un acuerdo de cancelar mitad y mitad, todo para evitar seguir obstaculizando la fila aún más.

El camino de regreso fuí inclusive más rápido que el de ida, tenía una extraña emoción revoloteando en el pecho que me llenaba de energía. Deslicé la puerta de la habitación destinada y entré rápidamente.

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