𝟏𝟏 . 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐈𝐄𝐍𝐙𝐎

489 60 27
                                    

❨ NAWOON ❩

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NAWOON

Abrí mis ojos con pesar sintiendo la cabeza como no paraba de darme vueltas, parpadeé repetidas veces aclarando mi visión percatándome de que me encontraba en la blanca habitación de un hospital, me senté a medias sobre el colchón aún con confusión.

Intenté llevar una de mis manos hasta mi rostro pero no lo logré ya que mis dedos estaban siendo entrelazados a los de alguien más, fue cuando noté la presencia de ese chico pelinegro durmiendo con su cabeza y torso recostado en el borde de la cama y el resto de su cuerpo sentado sobre una silla a mi lado.

Los recuerdos de lo sucedido atacaron mi mente sin cuidado, me acordé que había huido de la casa Yang, la noche me cubrió rápidamente, unos tipos me atacaron en un oscuro callejón, y por supuesto, recordé como Jeongin le disparó sin dudar a esos tres acabando con sus vidas.

Mi rostro cambió a un semblante más triste, miré al chico junto a mí con preocupación dentro de mi pecho.

¿Qué habrá sentido al cometer aquello? ¿Se habrá asustado? ¿Algo cambió en su interior?

Me odié a mi misma por haberlo obligado a llegar hasta ese extremo, después de todo yo era la única culpable.

──Perdóname, Jeongin ──Suspiré bajando mi rostro avergonzada.

──No tienes que pedirme perdón por nada.

Volví mi atención al dueño de la voz, no me percaté del momento en que despertó. Llevó el dorso de mi mano que aún estaba entrelazada a la suya hasta su mejilla.

Con su otra mano, limpió unas gotas saladas que escaparon de mis ojos en contra de voluntad.

──Te hice cometer algo que habías evitado todo este tiempo.

──Y no dudaría en volverlo hacer con tal de protegerte.

Lo miré con asombro asimilando sus palabras, tenía un presentimiento que esta vez hablaba en ese que serio.

Este chico estaba dispuesto a todo por mí.

──¿Estás bien? ──Me atreví a preguntar.

El sonrió ampliamente sosteniendo mis dos manos entre las suyas, acariciando mi piel gentilmente.

──Estoy bien ──Afirmó con seguridad ──No tienes que preocuparte por mí, en su lugar dime ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?

Negué moviendo la cabeza de un lado a otro.

──Gracias por salvarme... Otra vez.

Sin importar que antes también me haya rescatado del peligro en reiteradas veces, en esta ocasión sentí algo totalmente diferente. Esta vez sí lo necesitaba, yo pedí que él fuera quien me protegiera.

𝐈𝐍𝐌𝐀𝐃𝐔𝐑𝐎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora