❝𝙇𝙪𝙘𝙞𝙛𝙚𝙧 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙥𝙖í𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙢𝙖𝙧𝙖𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨 ¿𝙨𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡𝙚𝙨...?❞
La única trama que verás en esta historia es a Lucifer con vestido. LOL.
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❝ • ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ: ᵃˡᵃˢᵗᵒʳ, ᵗᵒᵖ; ˡᵘᶜⁱᶠᵉʳ, ᵇᵒᵗᵗᵒⁿ.
• C...
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—Mmm... siento tanta presión en tu interior, que mi pene ya me duele... ¡Ahg...!
Experimentaba una sensación familiar a la de un cosquilleo en su vientre, lo que lo llevó a aumentar el ritmo de sus embestidas, penetrándolo de manera salvaje sin preocuparse si estaba disfrutando o no, solo buscando su propio placer. Más adelante se ocuparía de saber su nombre, por ahora solo quería acabar en su interior.
Ambos gemían y jadeaban, llenando el tranquilo bosque con sonidos lascivos.
Después de unos minutos, Alastor acabó, derramando su espesa semilla blanca en su interior.
Se recostó sobre él, controlando su agitada respiración y tranquilizando su excitado cuerpo caliente. Sus sombras y tentáculos actuaron como lecho, se tumbó a su lado sin prestarle atención, cerrando los ojos mientras pensaba que tendría que agradecerle a Angel Dust por su regalo.
Parecía que se quedaría dormido, pero las pequeñas manos sobre su pecho y el peso de otro cuerpo en sus piernas lo hicieron abrir los ojos con dificultad, observando al hombre frente a él con una sonrisa lasciva que lo invitaba a continuar con el apasionado acto sexual, lo hizo sonreír de la misma manera.
El joven que estaba encima de él se autopenetró solo, comenzando a moverse de arriba hacia abajo como un conejo. Él lo ayudaba sosteniéndolo por las caderas y aumentando el ritmo.
En medio de su lujurioso encuentro, una voz muy familiar para él se hizo presente en el bosque.
—¡Al! ¡Alastor! —se escuchó la voz conocida de Angel Dust, pero él no le prestó atención y continuó animando al otro a moverse sobre su miembro viril.
Después de todo, Angel Dust, a pesar de su aspecto extravagante, era realmente experto en estas cuestiones, y tampoco es como si no lo hubiera visto antes; de hecho, lo había visto incontables veces.
—¡Al! ¡Por fin te encuentro! —dijo Angel Dust mientras se sentaba en el borde de la improvisada cama—. Oh~, ¿quién es esta hermosura?
—¿Cómo...? Ah... ¿no me la enviaste tú? Bueno, era obvio, una belleza así no podía ser tuya... Mmh... sigue moviéndote así, cariño... ah...
