15 (+18). FANTASÍA 8: "MASOQUISMO."

2.7K 242 171
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucifer permanecía en el suelo, sus mejillas aún rojas y abultadas mientras tragaba el semen de Alastor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucifer permanecía en el suelo, sus mejillas aún rojas y abultadas mientras tragaba el semen de Alastor. Sus ojos celestes miraban fijamente al demonio, reflejando una mezcla de sumisión y desafío. Alastor, con una sonrisa satisfecha, observaba cada reacción de Lucifer, deleitándose en el poder que tenía sobre él.


Sin embargo, ambos sabían que esto apenas comenzaba.

Alastor se inclinó hacia adelante, tomando a Lucifer por el mentón y levantando su rostro, haciendo que lo mirara directamente. Sus largos y delgados dedos acariciaron la barbilla del humano, limpiando los restos de saliva y esperma que quedaban.

—No hemos terminado aún, querido~ —dijo el ahora rey con voz suave, pero cargada de una promesa oscura. El rubio, aún arrodillado, sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Alastor lo levantó del suelo con una facilidad alarmante, chasqueando sus dedos y teletransportándolos a una oscura habitación de tonos verdes y negros. El demonio lo arrojó sobre el colchón con un movimiento rápido, y antes de que Lucifer pudiera reaccionar, Alastor ya estaba sobre él, sus ojos rojos brillando con una mezcla de lujuria y dominación, mientras su cola se movía de un lado a otro de forma ansiosa.

Para él, Lucifer era una presa; una que nunca dejaría escapar, ni siquiera si dejara de respirar.

El más pequeño intentó moverse, pero las grandes manos de Alastor lo mantenían firmemente en su lugar. Para este punto, el tamaño del demonio era el triple de lo normal, y su pene también había sufrido un gran cambio, uno realmente alarmante...

El demonio bajó su cabeza, sus afilados colmillos rozando el cuello de Lucifer, dejando un rastro de besos ardientes mientras sus manos exploraban cada rincón del cuerpo del humano. De un momento a otro, lo mordió, clavando sus colmillos en el hombro del rubio. La sangre comenzó a brotar y Alastor la absorbió gustoso.

Se sintió como en el cielo, su sangre tan dulce y empalagosa que provocaba que lamiera su herida.

—Mi rey... —llamó el humano en un gemido, arqueando su espalda contra el toque de Alastor y el contacto de sus dientes en su blanca piel.

❝𝙈𝙖𝙧𝙖𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨 𝙎𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡𝙚𝙨❞. ╎ʳᵃᵈⁱᵒᵃᵖᵖˡᵉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora