Ushijima Natsume quedaba cada vez más impresionado con el chico que parecía un ángel en el tren, no sabía quién era ni mucho menos de dónde venía, pero estaba seguro de que se estaba enamorando de aquel desconocido, el problema era uno.
Oikawa no sa...
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Hoy era el día, debía comportarse como un adulto y tomar la iniciativa.
Natsume subió la mirada levemente, notando cómo aquel castaño lo analizaba con la mirada. Al percibir aquello, le sonrió de forma leve y, al ver el ceño fruncido del contrario, soltó una leve risa.
Sin duda era lindo, incluso con ese rostro enfadado o avergonzado, quién sabe.
— Se trata de ahora o de nunca…
Natsume al ver al amigo del castaño levantarse, rápidamente tomó su lugar y le miró con una sonrisa.
— Hey, lindo ángel. ¿Cuál es tu parada?
— ¿Ángel?
Oikawa le miró incrédulo, era la primera vez que le apodaban de esa manera.
— Sí, ya sabes, la primera vez que te vi, creí que eras un ángel caído del cielo, tal como un ángel de la guarda. ¿Será que has venido a iluminar mi vida? —Se inclinó hacia él con una sonrisa de labios cerrados.
— Ugh, cursi. — Hizo una mueca y el contrario soltó una risa. — Soy hetero. — Respondió rápidamente.
— Eso no fue lo que pregunté, entonces… ¿Puedo tener tu número? — Le extendió su celular. — ¡Cierto! Soy Natsume, tengo 20, ¿Cuántos años tienes? — Soltó una risa algo nerviosa.
— Oikawa Tōru, 18.
Al responder, el jugador del Seijoh se golpeó mentalmente, no entendía, acababa de decir prácticamente que no estaba interesado y ahora le decía hasta su nombre y edad.
Y oh…
¿Por qué estaba anotado su número en el celular de un extraño?
Cierto, no es un extraño, es Natsume.
— Gracias, ahora debo bajarme aunque lo tenga que lamentar… ¿Hablamos a la noche? —Se levantó y acarició el cabello del menor. — Nos vemos, bonito ángel.
Al salir, le dio una palmada amistosa en el hombro a Iwaizumi, murmurando un leve "gracias", a lo cual este solo asintió despreocupado, le había cedido el asiento apropósito.
— Entonces, ¿Tu nuevo novio? Qué basura eres, aunque se veía agradable. — Iwaizumi tomó asiento con un ruborizado Tōru.
— ¡N-No sé de qué hablas! Además, me desordenó todo el cabello. — Bufó ordenando su cabello de forma nerviosa.
— Pero le diste tu número.
— Fue por lástima y se lo di mal. — Aseguró.
En menos de dos segundos, un mensaje llegó al celular del estudiante.
"¡Hey, lindo ángel! Soy Natsume, agéndame"
— Se lo diste muy mal. — El sarcasmo en Hajime se hizo notar de forma burlona, logrando avergonzar al contrario.
— ¡C-Calla, Iwa-chan!
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