ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ⁹

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Natsume suspiraba mientras chateaba con Oikawa, una sonrisa se asomaba por su rostro y no podía sacarla de su lugar

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Natsume suspiraba mientras chateaba con Oikawa, una sonrisa se asomaba por su rostro y no podía sacarla de su lugar. Sabía que se estaba volviendo adicto a ese chico.

Él tenía su corazón en la palma de su mano, mientras que su estómago se volvía un remolino cada vez que le veía. No lograba comprender cómo es que había vuelto a ser un adolescente en esos últimos meses.

Era todo un crío enamorado.

Pensó en llamarlo al querer oír su voz, pero sabía que escucharía una protesta. Después de todo, no podía parar de llamarle últimamente y el castaño ya comenzaba a fastidiarse un poco, pero aun así le respondía cada vez.

Angelito ha enviado un audio

— ¿Cómo no podría adorarlo? — Susurró mientras oía la voz del castaño a través de su celular. — Mi bello angelito…

Natsume se expresaba como si Oikawa ya fuera suyo, pero en realidad no eran nada oficial, aun así lo adoraba y anhelaba su amor. A pesar de que pareciera estar fuera de su alcance, no le importaba. Ya sabía que estaba en problemas al enamorarse tan profundamente.

Natsume sabía que era demasiado cliché cuando se trataba de Tōru, pero aquello no le acomplejaba más, en esos instantes solo quería escuchar su voz, aquella que le volvía un completo idiota.

¿Podemos vernos ahora?
Yo paso por ti.

Un sticker de alien fue la afirmativa para que el Ushijima se levantara de un salto a buscar las llaves de su auto.

Debía ir al encuentro de su ángel.

Oikawa suspiró mirando su atuendo en el espejo mientras mantenía la ventana abierta de su habitación, esperaba oír la bocina del auto de Natsume para ir a su encuentro

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Oikawa suspiró mirando su atuendo en el espejo mientras mantenía la ventana abierta de su habitación, esperaba oír la bocina del auto de Natsume para ir a su encuentro.

No podía creerlo, por primera vez estaba anhelando ver a alguien.

Solía ser alguien a quien solo le interesaba el volei, los aliens y a veces tonteaba con una fan; realmente él nunca fue de poner de su parte en ámbitos amorosos y el esforzarse ni siquiera era una opción.

Pero ahora era diferente, desde que aquel hombre había entrado en su vida, todo era distinto. Sabía que Natsume siempre decía que era su ángel, pero para Oikawa el Ushijima era su propio ángel que había llegado a iluminar sus días.

— Ya llegó.

Al oír la bocina, Oikawa bajó rápidamente y vio cómo el contrario se bajaba de su auto para abrirle la puerta, como siempre era un caballero con él. 

Al subir, lo miraba manejar y rabiar cada tanto con otros conductores, pero Tōru solo le admiraba mientras hablaba. Sabía que en aquellos momentos sus propias palabras no sonaban coherentes, pero ¿Qué podía hacer? Estaba cayendo por Ushijima Natsume.

— Natsume.

— ¿Qué pasa, angelito?

— Yo no quiero estar amarrado a alguien. — Admitió y el auto frenó de golpe. — Pero ahora que estamos aquí… Después de estos meses solo busco alguna razón para verte y quiero ser lo más preciado para ti…

— Tōru no es necesario que digas eso, entiendo que puedas necesitar tu tiempo.

— No, no necesito más tiempo. — Miró fijamente al mayor, que se notaba tenso. — Nada nunca me había importado tanto como el anhelo que tengo de querer probar tus labios.

— Tōru…

— Natsume, bésame.

— Natsume, bésame

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〖 Angel ❏ Oikawa Tōru〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora