Capítulo 20

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"Hemos estado vagando todos los días, destinados a encontrarnos el uno con el otro. Venimos de lugares completamente diferentes para enfrentarnos. Venimos de lugares muy lejanos, superamos incontables noches. Envíe una señal y estoy esperando que la recibas. Como lo prometimos para que puedas encontrarme no necesitamos palabras. Para la señal que solo tú y yo conocemos. Estamos conectando un mundo que estaba fuera de lugar en este momento parpadeante. Lo sentirás cada vez más y más. Te sentirás como tú. Ese momento parpadeante, yo te siento cada vez más y más. Te siento más. Solo seamos nosotros dos."
-Flicker (ENHYPEN)

Incluso si por un instante pareció que la lluvia se estaba deteniendo y la tormenta alejándose, durante el mediodía los fuertes chubascos regresaron llenando todo el terreno del poblado de enormes charcos, las cuestas de asfalto o tierra formaban líneas enteras de riadas de agua y las crecidas se amontonaban allí dónde los muros de piedra marcaban el inicio de las casas. Eso provocó que Jongho y Yunho tuvieran que correr desde la casa de San hasta la vivienda de los Jeong todavía con el olor a almendras y harina impregnado en sus manos, era obvio que no podrían cruzar el río esa tarde, pues incluso desde su posición lograban escuchar el sonido del agua moviéndose con rapidez debido al gran aumento del caudal.

A su paso por las avenidas el agua le llegó hasta los tobillos y salpicó por completo la tela vaquera de sus pantalones, logrando que la humedad del ambiente calara sus pieles y arrugase los dedos de sus manos. Hacía calor todavía, la asfixiante sensación de tormenta de verano los rodeaba y lograba que sus mejillas se enrojecieran como consecuencia de su rápida carrera en conjunto con el bochornoso ambiente veraniego. El cielo sobre ellos cada vez se tornaba más negro, mucho más incluso que el día anterior. Todos esos nimbos grisáceos habían derivado en que el interior de las viviendas que todavía se encontraban habitadas, encendieran las luces a pesar de que probablemente no pasaban de la una del mediodía. Jongho las veía brillar en la distancia, borrosas como efecto de las gotas de lluvia que corrían por su frente desde su flequillo y eran atrapadas por sus largas pestañas del color del azabache.

Había sido una buena mañana repleta de dulces proporcionados por la madre de San, incluso si el sureño no lograba dejar de darle vueltas a su decisión de mantener la boca cerrada por una semana para darle tiempo al ex novio de Yunho. Se supone que debería poner a su clan sobre cualquier otra circunstancia, su prima merecía su sinceridad y apoyo más que cualquier otra persona. Estaba seguro de que si las cosas fueran al revés ningún norteño le ocultaría a Yook Sungjae lo que estaba sucediendo, eso lo enfadaba un poco. Lo enfadaba no solo por lo rápido que cedió ante unos ojos brillantes y un puchero, sino también porque llevaba mitad de su vida entrenando para convertirse en guardián y una de las tareas con las que debía cumplir era la de proteger a su gente. Un lobo potencialmente peligroso debería ser suficiente amenaza como para hacerle tomar el teléfono lo antes posible y pedirle a los guardianes sureños que comenzasen a investigar, sin embargo se había dedicado a probar las galletas de una omega norteña mientras Yunho charlaba con esta acerca de su ceremonia de mayoría de edad.

Al menos había aprendido que para eso faltaban varios meses y que se trataba de uno de esos grandes actos cargados de significado porque solo sucedían una vez en la vida, sabía acerca de los rituales que llevaban a cabo los Yook para honrar a la Diosa Luna pero no conocía los procedimientos de los mismos. Jeong parecía bastante ilusionado con la idea de enfrentarse a ello, lo mencionaba con una expresión repleta de orgullo. Veintiún años, ese era el período de vida en el que los lobos norteños se consideraban completamente maduros y por lo tanto mayores de edad. Por supuesto que los Yook no lo dirían con la claridad adecuada, pero Jongho sabía que la mayoría de edad estaba marcada en ese período debido a que se trataba de la edad más fértil y segura para cualquier lobo. Fuesen omegas, betas o alfas, en el sur la mayoría de habitantes de su clan tenían a sus cachorros o se unían entre los veintiuno y veintiséis años. Ir más allá era extraño, aunque no significaba que no hubiese casos. A ellos les enseñaban que debían mantener su manada viva, y la vida solo podía llegar a través de nuevas generaciones. Suponía que para los Yook era la misma cosa, con un modo de realización diferente.

Alpha War [2ho] AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora