Capítulo 21

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"Una fragancia despeinada me sacude y la sigo como si estuviera en un trance. Cara a cara. Nuestras miradas se encuentran. El estado de ánimo es impresionante. La leve tensión que nos conduce, robando todo con miradas. Sin tiemро de sobra, quiero abrazarte. Ahora nosotros tocándonos como si nos conociéramos..."
-Touchin (Kang Daniel)

Yunho comenzó a sentir esa conocida sensación de ardor solo un poco después de que Jongho se metiera en la ducha y aunque buscó por toda su casa no logró encontrar ningún supresor. Comenzaba a pensar que la única opción que le quedaba sería ir hacia la tienda de medicamentos más cercana, pero incluso eso se le antojaba un poco peligroso. Si bien era un lobo adulto y sabía controlarse a sí mismo durante el celo, en esa ocasión había algo que le estaba haciendo creer que las cosas no estaban sucediendo de manera normal.

Quizás el temblor de sus manos o la manera en que sus piernas no parecían estables del todo, no recordaba haber estado así desde el año en el que fue lo suficientemente maduro como para comenzar a tener sus celos con cada luna llena. Cada 28 o 29 días, siempre puntual y nunca tan fuerte como lo fue su primera vez.

Ahora estaba demasiado agitado para su propio bien, nada estaba funcionando de la manera en la que debería hacerlo desde el preciso instante en el que su lobo decidió sentir la necesidad de aparearse mucho antes de lo normal. Si mirase al cielo esa noche todavía podría encontrarse con la luna en fase creciente, algo tenía que estar fallando en su interior.

Lo confirmó mientras avanzaba por el piso superior de su casa hacia la habitación de sus padres, en un último intento desesperado por encontrar algo que eliminase el calor que amenazaba con hacerlo sufrir un celo horroroso. No pudo llegar hasta la puerta del cuarto de estos, a pesar de la cercanía, pues un fuerte dolor en la pelvis provocó que tuviese que encogerse brutalmente. ¿Qué le estaba pasando? Había pasado el suficiente tiempo desde su primer celo como para estar sintiéndolo de la misma forma que si fuera un adolescente sin experiencia alguna.

- ¿Pero qué...?- Yunho trató de respirar profundo. La Diosa Luna probablemente ya sabría a esas alturas que una situación así lo descolocó y si hubiese tenido una pareja a su lado con toda seguridad se hubiese dedicado a pasar el día en la cama con esta. Pero ni él tenía pareja actualmente, ni se encontraba en la mejor de las situaciones para salir a buscar a un alfa dispuesto a ayudarle después de lo que había sucedido la noche anterior en el poblado de guardianes. Debía conseguir supresores, para su propia tranquilidad física y mental.

Estaba asustado. Y su miedo tenía un motivo racional dentro de toda esa locura de sensaciones que lograban que todo diera vueltas a su alrededor con cada respiración en la que percibía los aromas que se aposentaban sobre su casa. Jamás había tenido un adelanto tan importante en su período de celo, funcionaba perfectamente bien la mayoría del tiempo porque llegaba a la par que la luna llena y esta le permitía calmarse levemente. Su conexión con la naturaleza, sus senex le habían enseñado durante años a encontrar un soporte mental en los elementos que lo rodeaban cuando el celo se sentía demasiado intenso y no había una pareja a su lado o supresores que poder tomar.

Así que mientras se sentaba sobre el suelo de madera del piso superior de su casa y enrollaba los brazos alrededor de su estómago en un intento por calmarse a sí mismo, Yunho trató de inspirar el olor de su familia en cada una de las paredes que lo rodeaban. Tendría que haberse imaginado que eso no iba a ayudar, no con Jongho habiendo estado con él durante la totalidad del día anterior. El aroma de sus padres que generalmente lo calmaba, era casi imperceptible al lado de la esencia de ese sureño. Podía percibir hasta la más pequeña parte de su esencia como si la llevase impregnada en su propia piel.

"No salgas todavía." Yunho era completamente consciente de lo que la comunicación mental suponía para Jongho, pero sencillamente no quería arriesgarse a llegar más allá de lo que este le permitiese solo porque su lobo se encontrase más descontrolado de lo normal. Todavía sabía cómo hacerle saber a su parte animal que el humano mandaba y decidía más que el alfa que lo acompañaba siempre. "No he encontrado supresores en casa y empiezo a creer que no podré salir a comprarlos. Quiero que vayas tú, me encerraré en mi habitación para evitar cualquier situación incómoda. Ahora mismo a mi lobo parece gustarle bastante tu aroma natural. ¿Crees que podrás hacer eso? La tienda de la vieja Kang está justo al lado de la panadería por la que hemos pasado dos veces, de camino a la casa de San. Justo antes del cruce que lleva hasta la cuesta de su hostal. Quiero que le pidas supresores para mí, dile que mañana iré a pagarselos. Ella no suele poner pegas si quien le pide el favor es una persona conocida."

Alpha War [2ho] AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora