– Eh… Chicas… –balbuceó la diamante con una sonrisa nerviosa y los brazos extendidos. – No me dejen con la intriga… –rió incómodamente.
– Bueno… Si tú lo decidiste… –una gema con el cabello de rastas de colores habló primero, Bismuto, rascándose la cabeza con asombro.
– ¡Apuesto que se te va a perder o a caer del techo como el mini humano albino! –exclamó inocente y sin tacto una gema pequeña morada, Amatista.
– No me parece una mala idea. Veo que la vamos a pasar muy bien con unos cuantos niños. –una gema roja y de cabello con forma cuadrada se acomodaba los lentes, Garnet.
– ¿¡Niños!? ¿¡En plural!? –soltó un gritillo, más por emoción que por susto. – ¿Perla? ¿Qué opinas al respecto? –aparecieron estrellas en sus ojos y se acercó a la cara de su perla sacudiéndose.
– Eh… Ah… Yo… –no sabía que responder. Se quedó en shock ante la revelación repentina. Sabía que su diamante frecuentaba a tomar decisiones importantes a la ligera y era luego que las pensaba bien… No… Eso ya había pasado, aquella piedra preciosa caprichosa ya se había ido. Aún tras esos ojitos que irradiaban fascinación podía vislumbrar esa determinación y severidad. Suspiro, conocia a su Diamante de toda la vida, la conocía mejor que hasta su propia familia. – No hay forma de negarte nada, pero si de retribuirte. La decisión que tomes te apoyare incondicionalmente. –le brindo una sonrisa de apoyo y venció a su impulso de hacer una reverencia.
– ¡Awww! Gracias, Perla. –dijo con euforia y le dió un enorme abrazo. – A todas. –finalizó viendo a sus otras compañeras.
– ¿Y a qué te referías con "niños" en plural, Garnet? –consultó Perla. No quería tener una de esas "guarderías" en las que cuidaban a muchos niños pequeños y revoltosos.
– Rosa se pasará un poco de la emoción. –dijo estoica, como siempre, pero el "¡gasp!" de asombro de su amiga la delató, haciéndola soltar una risa nasal. – Hay varias líneas de tiempo, no se en cuál estaremos. –se cruzó de brazos y se apoyó en la mesa de la cocina.
– ¡Ay, que emoción! Adoro hablar con ustedes sobre estos temas, me son de mucha ayuda. Llamaré a Greg para avisarle. –sacó de su gema la segunda arma más mortal de la humanidad. Un Nokia. ¿Cuál es la primera? Háganse ustedes la respuesta. – Greg, las chicas aceptaron. Estuvieron de acuerdo casi de inmediato, ¿qué hacemos ahora?
Las otras presentes solo observaban la escena, una con intriga, otra con escepticismo, una con extrañes y una que otra simplemente ni miraba directamente, solo escuchando.
– ¡Aja! Está bien, en casa de Vedalia, nos vemos allí. –colgó la llamada y volvió a guardar el dispositivo. – Saldré a casa de una amiga de Greg, llámenme si necesitan algo. –se despidió sonriente y se fue.
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– Greg… Dime que no acordaron esto JUSTO ayer en la tarde… –dijo la mujer albina mientras se masajeaba las sienes con agresividad, a veces la estupidez de su amigo era contagiosa.
– Ya te dije que fue idea de Rosa. –para estar sentado hablando de una decisión que marcaría una gran, enorme diferencia en su vida, Greg parecía sereno; quitando esas bolsas negras que colgaban de sus ojos.
– Greg dijo que estaba dispuesto a hacerlo. –comentó la diamante con un gran tono de simpleza. – Aunque no sé si me estoy apresurando… Como no me dijo nada pensé que estaba de acuerdo. –le dirigió una mirada severa. – Una de mis habilidades no son leer mentes, si no me dices que estas en contra no puedo saberlo. No quiero llegar a arruinarte tus planes futuros por una elección mía.
– No, no. No estoy en contra ni nada de eso… Solo que… lleve un tiempo pensando… las cosas no están yendo muy bien desde que deje a mi manager con respecto a mi carrera musical, y conseguí un trabajo en un lavado de autos, pero además de eso… ¿Qué más tengo? Te tengo a tí y, de cierta forma, también a las otras gemas. –tragó en seco. Sentía algo extraño en los roces que tenía con Perla. – Así que … quiero apuntar más alto. Me gusta Ciudad Playa y me gustaría vivir una vida tranquila aquí, contigo… Junto a una familia, si podria caber la posibilidad. –la tomó de la mano y le miro a los ojos.
– Uhg… Ya ni se para que viniste hasta acá. Si ya tienes tus conflictos resueltos y bastante cuerdos. –Vedalia colocó sus manos en la mesa y añadió:– Nadie está preparado para ser padre ni con un embarazo planeado. La vida es una caja de sorpresas y tienes que aprender a lidiar con ella. Las cosas nunca van a salir como tú quieres. Grábate eso en la cabeza. –miró indirectamente a Rosa de reojo. – Pero, esta bien, tienen mi apoyo, tu me ayudas en ciertos casos con Crema Agria después de todo. –se cruzó de brazos y puso sus pies sobre la mesa. – Mi cereal. –extendió la mano.
– Cierto. –dijo y le entrego un paquete de cereal entero.
– Muchas gracias por la charla, Vidie. Me sirvió de ayuda. Espero seguir manteniendo contacto contigo en el futuro. –Rosa le sonrió agradecida tomándole ambas manos. – Oh, déjame ayudarte con eso. –al notar que tenía una quemadura en la mano, plantó un beso en está y al instante se curó. – Nos vemos. –se despidió y salió de la casa detrás de Greg.
– Vaya novia te conseguiste. –bufó al caer en cuenta de lo que pasó y se quedó mirando su mano ya sanada. – Serás una buena madre. –dijo al aire contemplando la puerta de su casa. Pronto se oyó el llanto de un bebé. ¡Ya voy! ¡Ya voy! –se levantó dando pataletas. Ser madre era un trabajo laborioso y cansino, pero al final, valía cada maldito segundo.
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– ¿Y ahora? –consultó la diamante caminando por las calles contemplando los locales. Los humanos no perdían el tiempo, se sentía como si hubiera sido ayer que construyeron el templo en ese terreno desolado.
– Bueno…En Kystone hay un orfanato, podemos ir allá en auto cuando… me haya preparado mentalmente. –dijo con voz rasposa. No durmió nada en toda la noche pensando en la cursilería que le dijo a Rosa y la idea de tener una familia junto con ella, sin duda no era fácil, podría escribir una canción sobre el tema.
– Esta bien. –aceptó sin rechistar. Debía darle tiempo y espacio. – Vamos a comer. –señaló el local de pizza de pescado.
A Greg se le hizo un revoltijo el estómago, pero no lo negó y siguió a su pareja. Después de todo, una pizza de pescado no era nada comparado con ver a Amatista comerse una llanta desinflada.
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¡Curiosidades! Oh, sí, oh, sí.
<>°: Como ya vimos en este capítulo, a Rosa le gusta la pizza de pescado, y de piña, y el helado de menta con chocolate, de chicle, la mayonesa, es capaz de comérsela sola, pero mayormente se la come con banana o guineo, o plátano, o cambur, ¡Cómo sea que le digan en su país! Nuestra diamante tiene gustos exóticos.
<>°: La vez en la que Amatista se comió la llanta recibió una gran regañada por parte de Bismuto, quien solo iba echarle aire otra vez.
<>°: Luego de la guerra de gemas Diamante Rosa regreso a Bismuto a la normalidad ya que todo había acabado y no había razón para usar el Punto de Quiebre, pero si lo escondió en un lugar en donde nunca lo encontraría.
Hasta aquí este capítulo, pronto aparecerá el Esteban Universidad con inseguridade… Ejem, ejem, corrección: pronto aparecerá Steven, tengan paciencia.
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Steven Universe: Locuras familiares de las Gems
FanfictionDiamante Rosa logró su cometido sin poner en riesgo la salud psicológica de su hijo. Diamante Rosa convenció a sus hermanas de parar con la creación de su colonia a cambio de todas las gemas que fueron creadas en el invernadero, pero eso no fue lo ú...