El Recuento de los daños.

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Hange

Un mes despues...



-Annie, dame las tijeras por favor.

-¡A la orden jefa!.

Con su habitual sonrisa, hace lo que le pedí. Annie es mi actual ayudante en la floreria, aprende muy rápido, y es muy alegre. Sin duda el pasar el día con ella, es muy tranquilizante.

Con su armoniosa compañia, el dia pasa volando, cuando me doy cuenta ya es de noche. A través de la ventana, puedo ver a un chico rubio de ojos azules, de mirada tan inocente, mi corazón comienza a latir con más fuerza cuando el recuerdo de Levi viene a mi cabeza.

-Ya me retiro jefa, nos vemos mañana.

-Vallan con cuidado, nos vemos mañana.

Alegre, mi empleada va corriendo hacia su novio, un fuerte abrazo los une para despues caminar tomados de la mano.

Quito mis ojos de la ventana, apago las luces y cierro el local. Una vez subo a mi coche, me debato entre ir a mi departamento o a la casa de mis padres.

Mis manos comienza a sudar al recordar una vez más a Levi. Con una opresión en el pecho, decido conducir lejos del bullicio de la ciudad.

Al llegar a mi destino, bajo del coche, y camino a una banca, tomo asiento observando las lejanas luces de la ciudad.

La luna brilla en lo alto del cielo estrellado,un suspiro escapa de mi al recordar mi triste realidad.

Ha pasado un mes entero desde que discutí con Levi, desde ahí, no lo he vuelto a ver. Nuestra relación quedo suspendida por llamarlo de alguna manera.

Lo busque en varias ocasiones, pero su tio siempre decia lo mismo, "esta noche no viene a casa". El portero me dijo que venia pocas veces y a distintos horarios y se quedaba poco tiempo.

Ni una llamada, ni un mensaje, nada que me demostrara que yo le importaba.

Antes de seguir recordando todo lo vivido en este crudo mes, mis lagrimas ya caían por mi rostro.

Mis manos trataban inútilmente de frenarlas, pero, ¿como parar de llorar si mi corazón dolía?.

No entiendo como llegue a esto, bueno tal vez si, mis tontas inseguridades. Mi psicologa me esta ayudando, pero debo reconocer que es dificil, más cuando el nunca me dio la oportunidad de defenderme.

Despues de mucho tiempo y cuando creo que el frio comienza a molestarme, me levanto y entro al auto dispuesta a ir al departamento.

Cuando llego, paso junto a la puerta de Levi, me detengo solo por unos segundos en los que me debato mentalmente entre tocar y esperar la misma respuesta de siempre o seguir mi camino cual cobarde.

Al entrar a mi hogar, me reprendo en voz baja.

-¡Que cobarde!.

La misma cena, la misma rutina, la misma soledad de estas cuatro paredes me rodea.

-Debo tratar de dormir.

Levi

-¡Petra!, deja de ver el celular y acaba con las cartas, sabes bien que debemos salir en poco tiempo.

Le digo entre dientes, esperando que ahora si se digne a ponerse a trabajar, mi abuelo confia en que podre cerrar con exito este contrato, y se que lo haré bien.

Petra como siempre sonrie, ¡estoy hasta la puta madre de esa estúpida mirada!. Mi paciencia casi se agota con ella.

Admito que es muy inteligente en su ramo, y que me ha ayudado mucho con la empresa al comienzo, pero ahora que ve mi potencial, solo viene a ver el celular y a holgazanear.

Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora