La ultima voluntad.

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Mansión Ackerman.


Minutos antes de la muerte de Gerald...




El notario toma con mucho cuidado la mano de Gerald, coloca el pulgar en el cojín lleno de tinta y una vez lleno de esta, procede a estampar la huella en el papel.

De nueva cuenta toma la misma mano para hacer una cruz en el lugar de la firma. Gerald, al ser incapaz de moverse, requiere la ayuda para tal acción consentida por el mismo.

Terminada la firma, el notario toma el papel con mucho cuidado y lo coloca en la maquina de escribir, previamente situada en una mesa cercana.

El sonido de las teclas escribiendo sobre el papel es lo único que se puede oir.



................




LEVI




Todos quedamos inmoviles ante tal noticia, el señor Ral camina hacia la puerta mientras Petra me observa en silencio.

Los paramedicos desconectan al viejo y lo cubren con una sabana.

Uno de ellos se acerca a mi y me habla.

-Señor Ackerman, necesitamos que nos ordene como será la logística del funeral.

-Ve con el, Levi, yo me quedaré aquí esperando.

Petra espera mi respuesta, mientras yo la observo aún sin saber que hacer,  de pronto, el sonido de un lapiz golpeando el suelo atrae mi atención.

El notario, esta visiblemente nervioso,  tanto que no puede sostenerme la mirada. Ordeno a los paramedicos salir y así lo hacen.

-Petra, sal y espera afuera.

La cara de Petra se transforma y tal parece que su fachada de inocencia se derrumba. Sus ojos furiosos me observan, sus manos en puños tiemblan.

-Pero Levi...

Camino hacia ella furioso, tomo su brazo y la acerco a mi. Sus ojos ahora me observan con miedo, al ser de la misma altura le hablo a la cara.

-¿Crees que no se que es lo que quieres hacer?.

-No se de que hablas, yo solo...

-¡Callate!. Te vas a ir de aquí Petra, te quiero lo más lejos posible, no quiero volver a verte la cara.

-¡Eso no podrá ser!, tengo acciones en la empresa, no me puedes pedir que me pierda así como así.

-Sal de aquí, ¡ahora!.

Mi mandibula tembló en ese momento, la rabia seguía subiendo por todo mi cuerpo y Petra no cooperaba.

-Tengo todo el derecho de estar aquí Levi, mucho más que tu.

-¡Me vale madres si tengo o no derecho, soy su nieto y el dueño de todo!.

Los ojos de Petra parecían querer salirse de sus cuencas, seguro jamas se imagino que llegaría el día en que me defendería.

Al ver su negativa por largarse, la jalé del brazo para obligarla a salir, camine con ella gritando y retorciéndose hasta el pasillo. El padre de Petra me observaba sorprendido, aún así no interfirió en mi camino.

El mayordomo llegó al escuchar todo el escandalo.

-No quiero que nadie entre hasta que yo lo ordene, ¿entendiste?.

Aquel hombre asiente con la cabeza y suelto a Petra empujandola hacia su padre.

Los gritos y el llanto de Petra resonaban por la mansión, aún así la ignore y entre a la habitación del viejo, cerre la puerta y camine hacia el notario.

Bajo la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora