five - counterbalance

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five
counterbalance

Para Miguel e Isabella las siguientes semanas fueron bastante ajetreadas. Con las lecciones de karate de vuelta, ambos se habían empezado a tomar muy en serio el deporte. Se levantaban temprano por la mañana, hacían abdominales y planchas y luego salían a correr por las calles del valle. Finalmente, acababan su día con el Sensei, en su clase.

La rubia debía admitir que Díaz había progresado bastante, tenía más confianza en sí mismo y más fuerza en los puños y en las piernas. De hecho, en medio de uno de los entrenamientos, el latino había logrado encajarle un golpe en el estómago, que dejó a alumna y a Sensei igual de sorprendidos.

Eran pasadas las tres de la tarde, Miguel y Bobellon se turnaban para dar golpes a los guantes que Johnny portaba. El sonido de los puños contra el material era lo único que se escuchaba.

—¿Cuál es la segunda regla del camino del puño?— preguntó el Sensei, mientras Miguel golpeaba.

— Golpear fuerte— E intentó dar un golpe que Johnny esquivó.

—Así es. Hay una razón para golpear a alguien: causar dolor. Golpear fuerte es dar todo.

Ahora fue el turno de Bella de golpear los guantes del rubio. Sin embargo, el sonido de la campana de la puerta la detuvo. Los tres se giraron hacia la misma, con sorpresa.

Aisha Robinson estaba parada allí, mirando la improvisada clase.

—Hay yoga a las cinco— le dijo Lawrence, creyendo que la chica había venido por las clases que se impartirían en un par de horas.— No importa cuánto la necesites.

—De hecho, vine a hacer karate— aclaró la adolescente.— Vi su sitio web, decía que había una clase hoy.

Tras las palabras de ella, Bella esbozó una sonrisa orgullosa, debido a que su campaña por redes por fin estaba dando algo de frutos.

—Aprecio que hayas venido, pero no hay chicas en Cobra Kai.

Con la estúpida respuesta del rubio, Isabella volteó a mirarle con indignación.

—¡Ey! ¿Y yo que soy?— preguntó, totalmente ofendida.

—Tú no cuentas.

—¿Por qué no?— cuestionó Aisha, retomando las palabras del Sensei.

—Misma razón por la que en el ejército no hay mujeres— simplemente respondió, con bastante indiferencia.— No tiene sentido.

Bella iba a replicar, argumentando que hoy en día sí que había mujeres en el ejército, sin embargo, Miguel fue más rápido.

—Um, Sensei, necesito mostrarle algo.

Johnny y Díaz hicieron una reverencia antes de entrar a la oficina del mayor, Isabella suponía que era para discutir la inserción de Aisha en el dojo.

—¿Así es siempre?— le preguntó la nueva a Bella.

—Te vas a acostumbrar, es un buen tipo— contestó.— Solo que algo retrasado.

always been you | eli moskowitz (hawk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora