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moltingPerfección.
Esa era la palabra que describía aquella mañana. Cuando Eli abrió los ojos a causa de los rayos de sol que se colaban por la ventana, lo primero en lo que se impregnaron fue en el cuerpo femenino a su lado.
Isabella Bobellon dormía plácidamente, con la cabeza apoyada en el pecho del chico, los cabellos revueltos, su pijama favorita puesta y los labios en una especie de puchero.
Al instante, los recuerdos de la noche anterior se colaron en la cabeza de Moskowitz, y le fue imposible no sonreír.
Admirándola como si de un ángel se trataba, comenzó a dibujar figuras abstractas en la espalda de la muchacha, usando su dedo índice derecho como si fuera el pincel.
De pronto, la puerta de la habitación fue abierta con cuidado, llamando la atención de Hawk. Su madre había asomado su cabeza, encantada con la sonrisa que tenía su hijo en su rostro. Parecía que iba a estallar de felicidad.
—La vas a despertar— murmuró Eli, tratando de que su madre no hiciera ruido.
—¿Ya formalizaron?
Tras la pregunta de la mujer, la sonrisa en el rostro del muchacho se hizo más grande y un color rosa envolvió sus pálidas mejillas. Era obvio que la respuesta era afirmativa.
»Por fin, ya se habían tardado.
La señora Moskowitz no podía dejar de sonreír al ver la delicadeza con la que su hijo acariciaba la espalda de su novia. La mujer sabía lo difícil que era la vida de la fémina, pues la había consolado y le había prestado hielo para sus moretones. También sabía que Eli se había vuelto el lugar seguro de Isabella, e Isabella el de Eli.
—Estoy feliz— confesó el chico con voz ronca y sus ojitos azules brillando, sin poder despegar su mirada del tierno perfil de la rubia.
—Me he dado cuenta, mi amor— sonrió su madre.— Yo estoy feliz por ti y por Isabella, lo digo en serio. Ambos merecen felicidad.
Madre e hijo se miraron con una sonrisa, que ninguno podría ocultar.
»Sin embargo, es día de escuela y tienen que salir dentro de veinte minutos. Despiértala y bajen a desayunar.
La nueva pareja llegó a la preparatoria West Valley justo a tiempo, con grandes sonrisas en sus rostros y las manos unidas. Sacaron los libros que necesitaban para las clases del día y se despidieron con un corto beso, pues a la chica le tocaba Cálculo y a él Laboratorio de Computación.
Isabella caminó hasta su salón con una sonrisa que llegaba a ser inusual en ella. Siempre odiaba el lunes por el pésimo horario que tenía, sin embargo, nada podría arruinar aquella mañana, ni siquiera la amargada profesora del curso.
Dejó su bolso en el suelo, tomando asiento al lado de Miguel, el único amigo con quien compartía aquella hora. Para la sorpresa de la muchacha, Díaz también tenía un brillo en los ojos y una sonrisa inocultable.
—¿Estuvo buena la salida con Sam?— fue lo primero que preguntó Bella, colocando su libro en la mesa y sacando un lápiz de su mochila.
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always been you | eli moskowitz (hawk)
Fanfictiondonde isabella bobellon siempre supo que eli moskowitz era el indicado.