ten - mercy

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Hoy era el día. Hoy era el All Valley.

Y había una sola cosa que Miguel Díaz quería hacer: ganar.

Todo Cobra Kai había entrenado duro por los últimos meses, sabiendo lo importante que era este torneo para el karate y estaban más que listos para arrasar con toda la competencia.

Ahora se encontraban a las afueras del estadio, esperando por la llegada del Sensei. Hablaban entre ellos, menos Miguel, quien practicaba dando puñetazos al aire.

Bella y Eli, que tenían las manos entrelazadas, compartieron una mirada al ver a su amigo así: furioso.

—Oye, Miguel, calma. Guarda algo para el torneo— sugirió Hawk, siendo completamente ignorado por el latino.

—Ni se molesten— dijo Aisha, al ver como Bella abría la boca para decir algo más.— Ha estado súper violento desde la ruptura.

—Me he dado cuenta— masculló Moskowitz, recordando la actitud violenta que el chico había tenido con su novia, antes de largarse a llorar en su convertible.

Samantha LaRusso y Miguel habían cortado su relación hace dos días, debido a la estúpida pelea que habían tenido con Keene en el cañón. Y el latino no podría estar más furioso. ¿En serio prefería a ese chico sobre él? Estaba loca.

—¿Y el Sensei?— cuestionó Isabella, apoyando su mejilla en el hombro de su novio.— El torneo ya va a empezar.

—Vendrá— afirmó Robinson, con las manos en los bolsillos.

Sin embargo, Bart negó aquello.

—No estoy seguro de eso.

—¿Qué?— preguntó la rubia.

—Lo vi anoche en el súper— comentó el menor.— Estaba comprando una caja de leche... cuando lo oí gritar en el estacionamiento.

Al oír el relato del niño, los sentidos de Bella se alertaron. ¿Será que Johnny había descubierto que Keene era alumno de Daniel?

—¿¡Por qué no nos dijiste antes!?— chilló la fémina, tomándose la cabeza con ambas manos.

—No sé. Suelo verlo ebrio, así que no me pareció importante— confesó Bart.

—Estamos aquí y él no. Sí es importante— espetó Eli, regañando con sus palabras al pequeño.— ¿Y si le pasó algo?

—¿Cómo qué?

—No sé, cómo caer con el auto por un precipicio o suicidarse.

Aisha al instante negó las palabras de Moskowitz.

—No, el Sensei jamás se mataría. Eso es de nenitas.

—Como sea— masculló el de pelos azules— Nosotros estamos aquí. Lo haremos sin él.

—¿Hacer qué sin mí?

Una voz llamó la atención de todos: era Johnny Lawrence llegando al lugar. Al ver el perfecto estado del Sensei, el cuerpo de Isabella se relajó instantáneamente.

—Sensei— saludó Aisha.

—No creíamos que vendría— confesó Eli.

—No siempre gano, pero no me retiro de una pelea.

—Bien, registrémonos— sugirió Miguel, en un tono malhumorado.

—Aún no. Tengo una lección más que enseñarles.

always been you | eli moskowitz (hawk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora