always been you | eli moskowitz (hawk)

fourteen - the moment of truth

𓆙
fourteen
the moment of truth

Tanto como para Isabella Bobellon y Miguel Díaz, todo lo que salía de la boca de John Kreese era pura mierda. Hablaba solo para llamar la atención y quería que los demás lo admiraran solo por respirar.

Aquello fue comprobado cuando un día, antes del inicio del entrenamiento, encantaba con su labia a Hawk y a Aisha Robinson, hablándole sobre sus presuntas hazañas en el desierto.

—Deben entender que, en los 90, Mogadiscio era un infierno. Los caudillos controlaban la ciudad. Mi equipo y yo debíamos limpiar el lugar.

—¿A cuántos mató?— se atrevió a preguntar el de pelos azules.

—¿Cuentas cada hormiga que pisas?

—Genial.

Miguel y Bella compartieron una mirada incrédula, desde el suelo. No podían creer como se creían esa mierda.

—Tenían más armas, pero éramos más. Sí... Ruanda fue algo serio.

—Querrá decir Somalia— aclaró Isabella con amargura, poniéndose de pie al mismo tiempo que Miguel.

—Eso está en Somalia, Ruanda es un país completamente distinto— corroboró Miguel.

—Claro, Somalia. Pasé tanto tiempo en el desierto que todo se mezcla, ¿saben?

Díaz y Bobellon volvieron a fruncir el ceño.

—¡Atención!— llamó Johnny.— Tenemos nuevos reclutas. A sus lugares. Significa que formen filas ordenadas.

Todos se posicionaron, quedando como siempre Hawk, Bella, Miguel y Aisha hasta adelante.

»Veamos de qué están hechos.— El Sensei comenzó a caminar al lado de los nuevos, analizándolos. Se detuvo entre dos pelirrojos.— Más erguidos, zanahorias.— Ahora caminó hacia un hombre que parecía mayor que un adolescente.— Lo siento, los padres no pueden quedarse. Es por el seguro.

—No soy papá— se apresuró en aclarar.— Yo... ¡Vine a patear traseros, señor!

—¿Nos conocemos?

—Sí, le vendí el espejo. Hablamos de bandas de rock, conectamos.

—Mira, eres algo viejo. Es una clase para adolescentes— explicó Johnny.

—Bueno, puedo con ellos. No le temo a los niños. Y mi mamá no me cobra el alquiler así que tengo mucho efectivo para gastar.

Le tendió un pequeño fajo de billetes a Lawrence, quien lo tomó con rapidez.

—Sí. Estarás a prueba— terminó, dirigiéndose nuevamente hacia adelante.— Creo que el último grupo era patético. Pero si hacen lo que les digo, podrían convertirse en luchadores. Para lograrlo, deben pelear. Así que... ¿quien se anima a vencer al campeón?

Si no fuera porque el Sensei quería que los nuevos se enfrentaran a Miguel, Isabella hubiera alzado la mano sin dudar. Empero, se mantuvo en silencio, esperando a que alguien decidiera hablar.

—Yo me animo.

Los presentes voltearon hacia atrás para descubrir de quién se trataba. Era una chica rubia, aspecto rudo y voz desafiante.

—¿Lo harás?— cuestionó Johnny, acercándose a ella con lentitud.

—Vi su presentación en el festival. Pueden hacer un espectáculo, ¿pero saben pelear?