Capítulo VII

90 10 5
                                    


Como un gesto ya habitual en mí últimamente, frunzo el ceño al percibir su repentino cambio de actitud. Hace apenas unos instantes, la mirada enfurecida de Jack rozaba casi lo aterrador, ahora, en cambio, su semblante es mucho más sereno y tranquilo, como el de un adulto que intenta tranquilizar a un niño tras un evento traumático y buscando la manera de hacerme sentir segura simplemente con su presencia. Tener a alguien como el Capitán de las Mantis Verdes, cuyo historial es tan perturbador y dantesco, demostrando algo de humanidad e incluso preocupación a través de su mirada dorada arrodillado frente a mí, no es algo que se pueda apreciar todos los días. No está mal que por una vez sea él quien me mire desde abajo, y mentiría si dijese que me disgusta, pero ahora mismo no es el mejor momento para quedarme pensando en sí es apropiado disfrutar del único intento con tacto que ha tenido conmigo hasta ahora sin hojas afiladas de por medio. Juraría que me ha hecho una pregunta y debería responder, pero me duele la cabeza y mi mente está llena de contestaciones para otros temas que, seguro, no son de su interés. Y, por mucho que mi imaginación sea libre de divagar, no puedo evitar tener la sensación de que simplemente está desempeñando su papel de Capitán de Orden, en ausencia de Charlotte, y su trato hacia mí no difiere del que tendría con cualquier otro oficial herido, es pura formalidad. Aunque, por otra parte, también es contradictorio verlo así, considerando la reputación que lleva a cuestas y sabiendo a qué Orden pertenece como Capitán.

- No lo sé, no he llegado a verle la cara. -intento hacer un esfuerzo en mi memoria de cualquier detalle revelador que se me haya podido pasar por alto, pero nada.

- ¿Son nuestros amigos? - me pregunta mientras vuelve a sonreír y se detiene a observar el emblema que le he entregado hace un momento.

- Llevaba la misma ropa que ellos.

- ¿Está muerto?

- No estoy segura, conseguí herirle, pero se desvaneció poco después. - el sentimiento de culpabilidad por haberle dejado escapar hace mella en mi cabeza y me enfurece.

Keh keh, parece que no dejas de meterte en líos ¿eh?- me murmura con su semblante natural nuevamente en su cara, y por supuesto, como si fuese por gusto propio el querer que me ataquen cada vez que pongo un pie en la calle.

- Oye, no es culpa mía que ese tipo haya aparecido de la nada. - le respondo claramente indignada, cruzando los brazos y haciéndome daño otra vez sin querer por apartar la vista a un lado - ..¡agh!

- Deberías ir a que te revisen eso, niña. -dice mientras acerca su mano hacia la marca en mi cuello y la cual acabo apartando de un manotazo.

Lilith. Es Lilith. Creo que es bastante sencillo de recordar así que haz un esfuerzo, Capitán. - y, pese a que estoy a gusto sentada en la silla mullida, me levanto con tal de no darle una patada y tirarlo para atrás.

- Ah no, esta vez no te escapas. - dice, y con un rápido giro se coloca frente a mí en un instante, interceptándome de tal forma que termino chocando contra su pecho.

No me esperaba toparme de bruces con la fría cadena que ata su manto y, como resultado, me masajeo la nariz en gesto de reproche por hacer eso. Levanto la mirada despacio y noto como el calor se va adueñando de cada poro perceptible en mis mejillas por su cercanía y por la altura que ha vuelto a recuperar. Se me vuelve a encoger el pecho y aprieto los labios en una fina línea queriendo contener de alguna manera los nervios de mi estómago en mi interior y Jack, obviamente lo nota, y amplía su sonrisa victoriosa. ¿Qué estás haciendo? dice una voz burlona en mi cabeza que parece insultarme descaradamente cada vez que me paralizo en el dorado de su iris. Visto lo visto, creo que esta vez no puedo optar por la opción de salir huyendo a mi habitación como la última vez, así que opto por retroceder un par de pasos para ampliar distancia y enfrentarle.

Desquicio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora