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Jaylen

- La señorita Eidel Remington ya se encuentra en su cuarto de recuperación, pueden visitarla de uno en uno para evitar la aglomeración en la sala y el posible stress al paciente - informa la enfermera.

Nos proporcionó la información de su ubicación, y nos dejó para que decidieramos quien la visitaría primero.

La primera fué la señora Remington. Resultó que Eidel se quedó dormida, decidí pasar a verla aún así.

No soy de andar llorando, pero debo admitir que al ver a Eidel acostada en una cama de hospital, con su rostro vendado, brazos amoratados, y apesar de que no puedo ver el resto de su cuerpo tengo una idea clara de como debe encontrarse, sentí mis ojos arder.

Tomo una inhalación profunda. Me acerco y aunque quiero tocarla para sentir que está ahí, frente a mi, tengo miedo de lastimarla, de que mi tacto le provoque dolor.

Maldito idiota.

De repente la ira empieza a incrementar.

¿Cómo se le ocurre dañarla?

Ya se lo había advertido, ahora haré que se arrepienta de no haberme escuchado.

Dejo un imperceptible beso sobre su frente, le doy una última mirada alimentando mi coraje, y salgo de la habitación.

- Llámenme en el momento en que se despierte por favor - hablo para todos, sin referirme a nadie en específico.

Doy media vuelta alejándome de ellos, quiero resolverlo antes de que Eidel despierte.

-¡Jayden! - Emely llama mi nombre - ¿A dónde irás? - imagino lo que debe estar pasando por su mente.

- Iré a resolver algunos asuntos que tengo pendientes - responde sin voltear a verlos.

Nunca antes me había comportado de una manera tan descortés con ninguno de ellos, y no es que me agrade o no me importe hacerlo en estos momentos. Pero no me siento con la capacidad de mostrarme como si tuviera las cosas “bajo control” cuando en realidad me estoy desmoronando.

Ver a la mujer que amo en ese estado me rompió en pedazos, y me es imposible aparentar estar completo.

Siento que esto fué ocasionado por mi falta de cuidado y mi negligencia.

La culpa me carcome la conciencia.

Yo fuí quien envió esas fotos junto al vídeo. Yo fuí el causante de que las cosas entre ellos terminara de esa manera. No me arrepiento de haberlo hecho, sería muy hipócrita de mi parte decir que lo hago.

No podría haberme perdonado si hubiese dejado que Eidel se condenara casándose con esa basura. Pero fuí descuidado, me confíe demasiado y dejé que la lastimara. Se suponía que la protegería. Que estaría ahí para ella siempre que me necesitara.

Rebusco en mis bolsillos hasta dar con mi teléfono.

Riviso mis contactos hasta dar con "ese".

Dos tonos son suficientes.

* ¿Qué se le ofrece? - pregunta nadamás descolgar la llamada.

* ¿Recuerdas la investigación que te había encargado? - saco la llave del auto.

* Porsupuesto.

*La quiero para ya - me siento frente al volante - tráe todo a mi oficina.

* Cuente con ello - cuelgo.

Pongo el auto en marcha con camino a mi oficina.

Richard Carter, no solo cerraré todas las puertas que has podido mantener abiertas hasta ahora. Destruiré cada camino que puedas pensar en transcurrir.

Estaciono el auto y salgo para encaminarme rápidamente a la oficina.

- Bienvenido señor Kingsley - me limito a dar un asentimiento de cabeza.

Todo está normal, las recepcionista atendiendo sus llamadas y a algunas personas escandalosas que ignoran el hecho de que deben tener una cita previa para poder encontrarse conmigo y atender los asuntos que quieran tratar, los empleados moviéndose de un lugar a otro, la majestuosidad y pulcritud del edificio que representa el el mayor logro que obtenido en vida.

Me retracto, el mayor logro de mi vida ha sido conquistar a Eidel, tenerla a mi lado y obtener su amor. Ese es mi mayor logro. La empresa pasa a segundo plano, por el momento. Ya que llegará un tiempo en el que  construiré mi casa junto a Eidel, tendré una familia con ella y cada vez que eso pase la empresa ocupará un lugar más alejado en el ranking de las cosas más importantes de mi vida. Pero aún así...

-¡Señor Kingsley! - trato de ignorar el llamado que interrumpió mis pensamientos y que aparentemente intenta detener mi caminata.

-¡Señor Kingsley! - grita casi sobre mi oído sosteniendo mi antebrazo izquierdo.

Me safo de su agarre de forma rápida violentamente.

Sostengo las solapas de su traje con brusquedad provocando que él quede de puntillas debido a su estatura mucho más baja que la mía.

- No tengo tiempo para perder con imbéciles que no son capaces de concretar una maldita cita como es debido.

Lo suelto con la misma brusquedad que lo había sostenido, causando que tropiece con sus propios pies y caiga de bruces contra el piso.

Continúo mi andar, mi respiración se ve afectada debido a la conmocion de hace un momento. Estoy alterado. Soy una bomba inestable en estos momentos.

La angustia, la ira, la tristeza, el dolor, la rabia, la culpa, son demasiadas emociones como para sobrellevarlas tranquilamente, como si nada estuviera pasando.

La chica de pelo corto es lo primero que veo al momento de entrar en mi estancia.

Cierto, cambié de secretaria.

- Alguien lo espera en su oficina señor Kingsley.

- No me pases ningún tipo de mensajes por el resto del día, amenos que se trate de la señorita Remington o alguno de sus familiares.

- Sí señor.

Entro a mi oficina notando al tipo sentando en el escritorio de Eidel.

- Bájate de ahí ya mismo - voy hasta mi escritorio y hago algo que no acostumbro a hacer frecuentemente. Me sirvo un vaso de whisky.

Hago esto cuando me siento en mi límite, ha pasado un tiempo desde la última vez que lo hice. Desde aquel día en que decidí enviarle las fotos y el vídeo a Eidel para ser más específicos. Ese día me tomé toda la botella.

- Veo que se trata de algo serio. Por casualidad, ¿Tiene algo que ver con...?

- Dame lo que te pedí y cállate - Daniel es un amigo. Fuimos juntos a la universidad, pero a diferencia de mi que soy un hombre de negocios, a él solo le interesa la computación.

Es una gran ayuda para esas ocasiones en las que tengo que obtener “información clasificada” de primera mano.

- Como digas - deja caer un sobre sobre el escritorio mientras toma asiento - creo que te servirá.

Tomo el sobre entre mis manos y doy un trago del líquido que quema mi garganta.

- Te voy a undir, maldito bastardo.

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Camelia _Red

💝 Ciao Cuores 💝

La Novia de Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora