Con solo entrar no te das cuenta, pero justo al lado izquierdo de la amplia estancia hay una improvisada oficina más pequeña de lo que es esta actualmente.
Me dirijo a ella con ganas de confirmar lo que está pasando por mi cabeza.
Está ambientada en los mismos colores neutros, pero en esta predomina más el blanco. Organizada y por lo que veo bien habilitada. Me gusta, pero...
- ¿Señor Kinsley? - trato de contenerme las ganas de mencionarle hasta lo que no tiene - ¿Qué es esto?.
Él avanza hasta lo que obviamente es su escritorio. Y toma asiento para luego dar varias vueltas en su enorme silla giratoria.
¿Cómo es que este hombre es el dueño de una de las empresas más grandes del país?.
- Este, es nuestro lugar de trabajo. Como eres mí traductora personal, quise mantenerte cerca - ¿Qué dijo?.
¿Su traductora personal?
¿Soy la traductora de Jared, y solo de él?
- ¿De qué está hablando? - voy hasta su escritorio - ¡Ese no era el acuerdo!.
Su serenidad me irrita.
-¿Quién dice que no? - agarra un sobre que había estado sobre su escritorio - te contraté como traductora a nombre de la empresa, yo soy parte de la empresa y su presidente - ya sabía yo que esto era demasiado bueno para ser verdad.
¿Pero en serio?
¿Su traductora personal?
Si me lo hubiera dicho desde un principio seguro me lo habría pensado muy bien antes de aceptar.
Incluso pude haberme negado a firmar esa estafa de contrato.
- Tráeme lo que te había dejado encargado esta mañana - habla a través de un intercomunicador.
Debe ser con su secretaria.
Tomo una larga respiración y voy a lo que él definió como mi oficina.
Tomo asiento y me dedico a curiosear lo que tengo sobre el inmaculado escritorio de color blanco. Lo contrario del escritorio de Jared, el cual es negro.
La puerta es abierta y su secretaria hace aparición.
Sus tacones rosa resuenan contra la cerámica con cada paso que da, y aunque no soy ese tipo de persona, por un momento desee que se cayera de bruces contra el piso frío.
No me agrada.
La miss coqueteo se acerca a Jared que permanece con la cabeza baja observando algún documento sosteniendo algo entre sus manos.
- Señor Kinsley, aquí está su encargo de esta mañana - su voz melosa e insinuante me dan ganas de escupir.
Y juro que al momento de dejar lo que sea que traía sobre el escrito casi le pega los pechos a Jared.
¿Acaso tienen tanta confianza?
¿De verdad mantienen un romance de oficina?
- Gracias Diana - la pechugona sonríe orgullosa posando sus manos sobre el escritorio e inclinándose más de lo que podría catalogarse como prudente.
La muy descarada me dedica una mirada de desprecio que no podría pasar por alto.
Me molesta que sea tan poco ética, me molesta que sea una lanzada irrespetuosa, me molesta que me mire como si fuera inferior y me molesta el hecho de que se acerque a Jared de esa manera.
Sí, eso me molesta más que todo.
Me enfurece que quiera poner sus garras sobre él.
-¿Desea algo más señor Kinsley? - no soporto su tono sugerente y la manera en la que intenta restregarse contra Jared.
Me pongo de pie de forma brusca llamando la atención de ambos.
Hasta que levantas la cabeza pedazo de idiota.
Pero no te atacaré a tí, no ahora.
La secretaria maleducada deja de lado a Jared y presta atención a mis movimientos por primera vez desde que llegué a este lugar.
Por mi parte paso a su lado sin dirigirle la más mínima mirada y rodeo el escrito de Jared hasta sentarme en su escritorio justo frente a él y dándole totalmente la espalda a la zorra. Tomandolos totalmente por sorpresa a ambos.
Los ojos verdes brillantes de Jared me ven entre sorprendidos y divertidos.
- Jared, aún hay cosas de las que tenemos que hablar - me inclino hasta quedar a centímetros de su rostro - ¿O no? - susurro cerca de su oído.
Ok, me gusta Jared.
Me gusta que se preocupe por mí, me gusta que siempre esté ahí para mí, me gusta que me priorice, y me encanta obtener toda su atención.
No te quiero cerca de él perra.
- Claro, puedes retirarte Diana - la voz de Jared es ligeramente más ronca de lo que estoy acostumbrada a escuchar. Es sexi.
Y es mi turno de darle una mirada llena de desdén a esta arrastrada.
Ella me ve como si quisiera matarme, y rápidamente se da la vuelta para salir de nuestra oficina.
Así es, arrastrate lejos de aquí como la serpiente que eres.
Una vez que la secretaria está fuera de nuestro alcance la cordura toca nuevamente a mi puerta.
¡Mierda!
¿Y ahora como volteo a verlo?
Él parece percatarse de lo que estoy pensando, ya que pasado un corto periodo de tiempo coloca una mano sobre mi muslo derecho dándole un pequeño apretón.
-¿Qué fué todo eso? - no digo nada, me mantengo en silencio mirando hacia cualquier otro lado - ¿Acaso estabas celosa Del?
Su tono burlón en este momento no me parece molesto. Jared es realmente increíble, lo he podido notar en cada ocasión que me encuentro con él.
A veces hace cosas que me sacan de la casilla, pero siempre parece estar pensando en mi. Incluso en esta ocasión en la que me contrató y me metió en su oficina, todo parece indicar que fué por mi.
¿De verdad no puedo darme la oportunidad?.
¿Realmente no estoy lista para empezar una nueva relación?
Yo no estaría haciendo nada malo, Richard fué quien me engañó durante un largo periodo de tiempo, yo fuí la víctima. Y gracias a Jared logré superarlo en tiempo récord. Cuando creí que estaría meses lamentando su traición y la manera en que terminaron las cosas.
Además Jared es muy diferente a ese bastardo.
En todo el tiempo que pasé con ese imbécil, nunca se comportó la mitad de bien de como lo ha hecho Jared en solo semanas.
- Sí, lo estoy - confieso, tomándolo por sorpresa una vez más - ¿Qué hará al respecto señor Kinsley?.
Jared me ve boquiabierto, atónito. Como si no pudiera creer en lo que acabo de decir.
Y por alguna razón su situación me divierte.
-¿Qué pasa señor Kinsley? - me acerco a su rostros nuevamente - ¿Se le ha comido la lengua el gato? - me burlo al momento en que me acerco hasta rozar sus labios con los míos - me acabo de dar cuenta de algo - su respiración se une la mía - es algo sorpresivo, pero creo que es momento de aceptarlo. ¿No lo crees?.
Uno mis labios a los suyos, esos labios que me habían estado incitando en secreto.
Uniendo nuestros labios por primera vez.
Siendo este nuestro primer beso.
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Camelia_Red
¡Disculpen la tardanza!
Y lastimosamente no está ni medio corregido. Así que perdonen las faltas ortográficas y/o palabras incorrectas que me haya podido mezclar el teclado.
💝 Ciao Cuores 💝
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La Novia de Rojo
Fiksi RemajaEidel Remington, amante de la gastronomía y políglota por vocación. Prometida del presidente de una de las más grandes empresas del país, Richard Carter. Y perteneciente a una encantadora y pudiente familia en la que no le ha faltado nada que pueda...