10. Infraganti

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Al despertar lo primero que hace es sentir el brazo de Lucci alrededor de su cintura, eso le hace recordar que ha tenido una noche movida.

Aún hay luces de otros edificios, nota al fijar su vista en la ventana. No sabe que hora es o si debería irse para llegar a tiempo a la universidad, menos mal es el último día antes del fin de semana y podrá descansar. Incluso podría gastar un poco del dinero de SugarFan comprando algo para sus hermanos.

Cierto, sus hermanos.

Ya tiene más de veinte años y es un joven responsable. Pero no quiere preocuparlos, le mando un mensaje rápido a Ace diciendo que seguramente no llegaría a casa y que estaría con Lucci. Así que espera que eso sea suficiente. Aún así siente la garganta seca y tiene hambre después de tanta actividad física.

Lucci fue una muy buena sorpresa, lo dejo hecho polvo y le cuesta trabajo pararse. Encuentra la camisa gris del hombre y decide ponérsela encima para no ir completamente desnudo por el departamento de su jefe.

Camina hasta la cocina y se toma la molestia de hurgar en el refrigerador. No hay casi nada que pueda comer ahora mismo así que se resigna a comer una manzana del frutero. Se sirve un buen vaso de agua y lo come rápidamente en la cocina.

De repente escucha un teléfono sonar y cree que es el suyo. No ve ningún reloj decorativo en el departamento así que supone no debe ser tan tarde si le están llegando notificaciones. Recorre con la mirada el lugar y se topa con su ropa y zapatos junto con los de Lucci tirados desde la puerta de entrada hasta el pasillo y termina el rastro en la habitación.

Vuelve a escuchar un pequeño sonido y se aventura a seguir buscando.

Cuando encuentra el teléfono de Lucci en los pantalones tirados aprovecha para saber la hora.

2:37 a.m.

Santa mierda. A esta hora ya no hay ningún servicio a domicilio de comida. Hace un puchero ante la idea de tener que aguantar hasta el desayuno. Esta casado pero también tiene hambre.

Decide ir a despertar a Lucci y exigirle comida.

Se pone rumbo a la habitación cuando el teléfono en su mano suena y vibra al mismo tiempo con una notificación del banco.

SugarFan.

Se ha completado su pago con éxito. Siga pendiente de nuevas publicaciones.

Su sangre se congela al ver la pequeña notificación. De verdad que nunca hubiera imagina que Rob Lucci fuera consumidor de una página como esa. Así que, él como un vendedor, no sabe que opinar ahora de lo que ha descubierto.

Espera que sea una mala broma de alguno de los compañeros del CP9. Ve con facilidad a Jabra haciendo una broma de mal gusto como esa, porque le cuesta bastante trabajo pensar en Lucci viendo ese tipo de contenido cuando un hombre de semejante cuerpo y elevado orgullo pague para complacer sus necesidades sexuales. O tal vez sea un fetiche...

Sabo descarta la idea. Acaba de tener sexo con el hombre y en ningún momento lo ha hecho sentir incómodo o ha sugerido algo indecente. Al contrario, fue duro y excitante, pero al mismo tiempo respetaba el cuerpo de Sabo y no usaba la fuerza para lastimarlo, sino más que para complacer las exigencias que Sabo le gemía en la cama.

Decide quitar la notificación de la pantalla y buscar su teléfono. Lo encuentra en el pasillo y se alivia de no tener mil llamadas de Ace, sólo un par de mensajes de él y Luffy, pero nada alarmante. También tiene un par más de Koala, Nami y Sanji, le sorprende éste último pero decide que ya es muy tarde, así que opta por responder a una hora más adecuada.

The Fan {One piece}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora